El sexismo en los medios de comunicación es violencia hacia las mujeres

Por. Roselia Núñez

Fomentar una imagen equilibrada y no estereotipada de la mujer en los medios de difusión, es uno de los objetivos acordados en la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer, desarrollada en Beijing, China en 1995.

Para este objetivo planteado en dicha conferencia, es importante que los gobiernos y las organizaciones internacionales adopten medidas encaminadas a fomentar la investigación y la aplicación de una estrategia de información, educación y comunicación orientada a estimular la presentación de una imagen equilibrada de las mujeres y las jóvenes y de las múltiples funciones que ellas desempeñan.

Así también, a fomentar una capacitación que tenga en cuenta los aspectos relacionados con el género para el sector profesional de los medios de difusión, incluidos “los propietarios y los administradores, a fin de alentar la creación y la utilización de imágenes no estereotipadas, equilibradas y diferenciadas de la mujer en los medios de difusión”, se lee en el documento.

Otras de las medidas que han de adoptar los gobiernos y las organizaciones internacionales, siempre y cuando no atenten contra la libertad de expresión, es alentar a los medios de difusión a que se abstengan de presentar a la mujer como un ser inferior y de explotarla como objeto sexual y bien de consumo, en lugar de presentarla como un ser humano creativo, agente principal, contribuyente y beneficiaria del proceso de desarrollo.

Pero qué avances han habido desde 1995 hasta la fecha. Si revisamos los medios de comunicación nacionales tanto escritos como televisivos y radiales no ha habido muchos cambios. Una de las formas más discriminatorias e irrespetuosas hacia las mujeres se da a través del sexismo.

El sexismo como violencia hacia las mujeres

En el tema del sexismo una de las formas más evidentes es la falta de lenguaje incluyente, aunado al uso de la imagen de la mujer como objeto de placer sexual. Basta con ver los anuncios de publicidad donde se ve a una mujer con poca ropa ofreciendo artículos como llantas, automóviles, licor, baterías para autos, teléfonos móviles, entre otros.

Para Vilma Vaquerano, Coordinadora del Área de Comunicaciones de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA), el uso de la imagen de la mujer en la publicidad sexista forma parte de las manifestaciones de violencia, ya que “reproduce paradigmas discriminatorios contra las mujeres, lo cual debería ser censurada socialmente como lo son los delitos y las agresiones sexuales”.

En el tema del tratamiento de la imagen de la mujer no podemos dejar de lado el uso del binomio mujer-madre de familia, “porque se ha comprobado que una de las causas de violencia en el hogar o que limita las posibilidades de superación de las mujeres es el trabajo reproductivo”.

Para Vaquerano, es lamentable ver cómo un anuncio de un suavizante presenta a una mujer esclavizada del trabajo reproductivo, mientras que el papá y el niño se preparan para ir a jugar. Ante eso, la mujer se queda en una situación de tristeza, pero aparece el suavizante que la va a “liberar” de esa responsabilidad que por años ha recaído en ella, cuando sabemos que tiene que ser un acuerdo entre los miembros de la familia.

En ese sentido es de cambiar la forma de hacer publicidad, ya que por medio de anuncios como ese, presentan un mensaje equivocado de cuál es la solución a esta problemática, ya que entonces se dejan de lado las responsabilidades de los miembros masculinos en el hogar, obviando que debe haber una corresponsabilidad en las tareas de la casa.

No es cierto que la mujer nació para ser madre y hacerse cargo de lavar, planchar, hacer la comida, la limpieza del hogar, etc. Tampoco es cierto que el hombre no esté apto para hacer esas cosas, lo que sucede es que el sistema patriarcal se ha encargado de hacer ver que todo eso es natural.

Como lo apunta Ana Jorge Alonso en su libro “Mujeres en los medios, mujeres de los medios”, ha habido una lenta transformación de las imágenes que la sociedad proyecta de las mujeres. Mucha más lenta si lo comparamos con las transformaciones socioeconómicas y tecnológicas sufridas por la sociedad occidental durante los siglos XIX y XX”, agrega.

Y lo mismo puede decirse de los medios de comunicación, los cuales no han avanzado conforme a la realidad y la imagen que las mujeres tienen de sí mismas, al margen de las imágenes construidas por los hombres.

Los medios de comunicación como formadores y educadores

En el tema que nos ocupa está la responsabilidad social de los medios de comunicación, ya que como parte de su función formativa y educativa deberían adoptar formas de lenguaje ya sea escrito o televisivo respetuosos de la imagen de las mujeres y no discriminatorio contra las mujeres, recalca Vaquerano.

De acuerdo a ella, las agencias de publicidad deben tomar conciencia que una forma de discriminación contra las mujeres es el uso de la imagen de ellas como objeto sexual. En ese sentido, los medios de comunicación deben estar conscientes que tienen una responsabilidad de modificar las formas de uso de la imagen de las mujeres, así como progresar de un lenguaje sexista a un lenguaje incluyente.

Tomando en cuenta que los medios de comunicación son un espejo de la sociedad y todos estos factores culturales que tenemos en nuestra cabeza y lenguaje se traducen a la palabra escrita, “el llamado es a que periodistas mujeres y hombres comencemos desde nuestros escritos, dando el primer paso en construir un lenguaje más equitativo para las mujeres”.

Un llamado desde la academia a la Dirección General de Espectáculos Públicos del Ministerio de Gobernación de El Salvador, a tener una función más protagónica en el tema, ya que la emisión diaria en televisión contiene programas y publicidad donde prima el sexismo y la denigración de la imagen contra la niñez, la juventud y la mujer.

En la Plataforma de Acción, aprobada por la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing, celebrada en 1995 se sostiene entre otras cosas, que lo gobiernos y las organizaciones internacionales en la medida en que no atenten contra la libertad de expresión, deben “fomentar la idea de que los estereotipos sexistas que se presentan en los medios de difusión son discriminatorios para la mujer, degradantes y ofensivos, así como adoptar medidas efectivas, que incluyan normas legislativas pertinentes, contra la pornografía y la proyección de programas en los que se muestren escenas de violencia contra mujeres, niñas y niños en los medios de difusión.

Aún cuando el tema del sexismo y la violencia contra las mujeres en los medios de comunicación es bastante complejo, sí pueden hacerse cambios. Una forma es comenzando a modificar la forma de escribir, a través del lenguaje inclusivo.

A juicio de Vaquerano, la mayor responsabilidad cae en editoras y editores, pero sobre todo en las y los propietarios de los medios de comunicación. Así también en el personal de campo que escribe a diario, “sabemos que muchas veces las ediciones modifican la forma de escribir, pero si estamos sensibilizadas y sensibilizados, habrá cambios en la forma de hacer comunicación y presentar la realidad”.

Un llamado también al sector docente de las comunicaciones a desarrollar acciones positivas como “incorporar la perspectiva de género en la planificación de las actividades académicas para garantizar condiciones de equidad para las mujeres”, tal y como lo manda la Política de Equidad de Género de la Universidad de El Salvador.

Cómo celebrar el 10 de mayo

Por: Sonia Rivera y Roselia Núñez

En Mayo, además del día de la madre se conmemora el día mundial por la salud de las mujeres, cuyo centro es la salud reproductiva. Mientras la celebración del día de la madre goza de una promoción insuperable, el día mundial de la salud de las mujeres no tiene ese respaldo ni social ni simbólico.

Presentamos una entrevista realizada a la Licenciada Candelaria Navas ara comentar sobre el rol que históricamente ha sido asignado por la sociedad a las mujeres en cuanto al punto de la maternidad  nos acompaña la Licenciada Candelaria Navas, investigadora y docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad de El

Salvador.

A qué se debe el poco reconocimiento hacia la salud de las mujeres?

El 10 de mayo conlleva mucha ideologización y propaganda para el comercio, qué tal si decimos: “hoy 10 de mayo, no me paro, es mi día”,  sería un paro laboral de un trabajo que no se ve.

Pero por qué pasa eso?

Hay que ver las raíces de las situaciones sociales que vivimos. Se dice que las mujeres por ser mujeres y madres, somos las responsables de manera natural del cuido,  crianza y protección de las hijas e hijos, etc., Pero esto ocurre por falta de información.

En los 80 aún no se tenía claro eso y es en esa década que unas investigadoras comenzaron a establecer que en la vida de hombres y mujeres existe la esfera pública y la privada, trabajo reproductivo y no reproductivo, remunerado y no remunerado.  Así también se empezó a investigar sobre los roles de hombres y mujeres dentro de la familia, allí empezaron investigaciones sobre familia y trabajo doméstico, se analizó yendo a las raíces de las causas del porque  las mujeres de manera natural tenían que asumir determinados roles.

Se comprobó lo que Simone de Beauvoir en los 40 ya había dicho en su libro “El Segundo Sexo que la mujer no nace, se hace”, y eso, ¿qué quiere decir? que hombres y mujeres no nacemos aprendidos, nos construimos socio culturalmente, de acuerdo a la sociedad en que nos tocó nacer y de acuerdo al momento histórico.

A los hombres les enseñan a estar en la vida pública, mientras que a las mujeres en la vida privada. En ese sentido, cualquier mujer en nuestro medio, si a los 27 años no es madre no es nada, si no ha tenido hijos empieza a ser cuestionada, y también ocurre cuando se casa y por opción personal no tiene hijos, mientras que un hombre si no es padre a los 27 años, no importa.

Agreguemos a esto los estereotipos y mitos alrededor de la maternidad y de los hijos, ya que si nacen varones, la madre se ganó la gallina, contrario a si nace niña.

Estudiantes de la carrera de Sociología fueron al campo y descubrieron que las parteras ganan 15 dólares cuando es niño y 10 cuando es niña, lo cual indica que los trabajos no valorados e invisibles, como el doméstico, no tiene pago, no se ve y lo realizan las personas de menor valor en la sociedad.

Háblenos de las tipologías de familias en El Salvador

Desafortunadamente las instancias relacionadas con la familia a nivel estatal, específicamente la Secretaría de la Familia ha hecho una sola investigación y no ha habido otra y se ha quedado con una idea de familia tradicional, que es la que se reproduce y es la constituida por mamá, papá e hijos y desde el 91 a esta fecha puedo decir que las familias han sufrido una serie de transformaciones y ahora encontramos una tipología inmensa de familia.

Antes de la guerra ya había migración, pero se intensifica después de los acuerdos de paz, y en este marco encontramos una nueva tipología de familia, que es la transnacional, conformada por los miembros que se van y los que se quedan.  Quién se queda a cargo, generalmente es la abuela, cuando la mamá migra, esa conformación de miembros también son familia, la abuela con sus nietos…una tipología muy extendida en el país. Pero, cuándo una familia es integrada, cuando está el papá, mamá, hijas e hijos.  Y quién define es integración, qué elementos la determinan.

Si seguimos hablando de tipología, encontramos la nuclear, la tradicional, la monoparental, transnacional, extensa, la familia gay.

Pero, qué pasa sobre el papel de la familia en la socialización de niñas y niños?

De acuerdo a la socialización, a las mujeres se les atribuye el rol de cuido, ¿qué es lo que hacen las mujeres al interior del hogar? Cuidan a las hijas, y los hijos, a las personas enfermas, de tercera edad.  Incluso se dice que el amor de la madre es desinteresado, lo cual le da una dimensión moral y emocional.  El trabajo del cuido es un trabajo invisible y no remunerado que también alivia la economía.  y qué pasa el día de la madre,  reproducimos los roles domésticos, si no, revisemos los regalos que se promueven: cacerolas, licuadoras, planchas…en fin, son reconocimientos sublimes de este rol. La crianza y el cuido deberían ser compartidos con todos los miembros del hogar, pero no es así.

El trabajo del hogar, en el marco de la esfera privada está adscrito social y culturalmente a las mujeres de la casa, mientras que el trabajo fuera de la casa, a los varones.  Martín Baró decía que la familia es puerto y cárcel de las mujeres salvadoreñas, porque él analiza qué es un punto de llegada en tanto que todas las mujeres aspiran tener un hogar, un compañero e hijos, lo cual se les convierte en una cárcel a la vez, porque el asumir las tareas del hogar, le impide desarrollarse.

Desde el movimiento feminista hay diferentes posturas sobre la maternidad, una de las más radicales rechaza la maternidad por considerarla una forma de subordinación de la mujer y falta de autonomía.  Qué nos dice al respecto?

El control de nuestra sexualidad, sirve para la maternidad, para vivir plenamente la vida o para estar continuamente criando hija e hijos. Tengo varias amigas feministas que optaron por no tener hija e hijos, y es una opción; a partir de allí podemos ser autónomas e independientes.

El trabajo productivo recibe pago, pero el reproductivo no, y hasta es invisible, las mismas mujeres se consideran improductivas cuando se les pregunta al respecto. Mujeres y hombres debemos tomar conciencia del aporte de las mujeres en la economía familiar, la división sexual o genérica del trabajo, es importante reconocer que el trabajo reproductivo de las mujeres aporta al desarrollo del país.

Han cambiado los roles de género a partir del trabajo de los movimientos feministas?

Sí hay cambios, sobre todo en las nuevas generaciones; ya he visto estudiantes hombres que traen tiernos cargándolos ellos.  En la legislación también hay cambios, hay pocas mujeres que saben que en el código de familia hay un artículo que contempla que aquellas mujeres que no tienen trabajo productivo, su trabajo doméstico es el aporte a la familia, y es reconocido como aporte.

Pero ha sido bien difícil que la DIGESTYC incorpore ese elemento al hacer los censos, entonces es importante informar sobre los valores tradicionales, la división genérica del trabajo; necesitamos conocer, valorar, dignificar el trabajo que las mujeres hacemos, tratar de no reproducir estos patrones culturales.

Cuál es la mejor forma de celebrar el 10 de mayo?

No aceptar regalos de tipo doméstico, llegar a acuerdos familiares que a partir del 11 de mayo el trabajo doméstico se va a socializar. Hay que apuntar a la visibilización del trabajo doméstico, del cuido, hay que hacer estudios sobre quiénes cuidan a las niñas, niños y ancianos.  A partir del 11 de mayo debe comenzarse ya un pacto social al interior de la familia en que el trabajo doméstico sea distribuido entre hombres y mujeres.

UES presenta propuesta de “instructivo para la Atención de casos de Violencia de Género”

“Soy un aliado, un soldado más en esta lucha”, dijo el rector de la UES, Roger Armando Arias ante la petición de feministas universitarias de sumarse enérgicamente a la defensa de los derechos de las mujeres, como lo ha hecho por el tema del agua.

Redacción y fotografías: Roselia Núñez

El Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador (CEG-UES), ente rector de la Política de Equidad de Género socializó con representantes de asociaciones de mujeres, feministas universitarias  y población LGBTI la propuesta de un “Instructivo para la Atención de casos de Violencia de Género”, elaborado por la Comisión de Género de  la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales del alma mater.

Previo a la presentación, el rector de la UES Roger Armando Arias expresó su “compromiso y lucha férrea en contra de cualquier tipo y expresión de violencia contra las mujeres”.  En los últimos días dijo, “hemos estado sonando en la prensa producto de algunos señalamiento específicos sobre violencia de género y esto ha hecho que como Universidad redoblemos el trabajo en la elaboración de manuales e instrumentos que permitan darle por una lado la prevención y por otro lado, la atención  las víctimas”.

Con este instructivo se busca “atender  a corto plazo las denuncias por acoso sexual y cualquier otro tipo y expresión de violencia de género comprendidas en la Ley Especial Integral para una Vida libre de Violencia contra las Mujeres”, recalcó la Maestra Diana Merino, quien hizo la presentación del documento junto a la Licenciada Karla Ponce, ambas profesionales pertenecen al Comité de Género de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales.

La máxima autoridad del alma mater, también se refirió a los señalamientos de la prensa  que “maliciosamente ha criticado que no se ha hecho nada” sobre los casos de denuncia por acoso.  En ese marco explicó hasta dónde llega su papel como rector de la Universidad y dijo además que no tiene “potestad sobre las juntas directivas” de cada facultad.

La Universidad está conformada por doce facultades, cada una con su propio gobierno; decanato y Junta Directiva, dijo.  El personal académico y estudiantil  de esa facultad depende jerárquicamente de la Junta Directiva, mientras que  el personal administrativo depende del decanato”.   La rectoría “solo tiene potestad sobre el personal administrativo adscrito en oficinas centrales, no en las facultades”.

En ese sentido, manifestó su interés en que haya una modificación en el Reglamento Disciplinario de la UES que se limita a una sola expresión de violencia de género; el acoso sexual, pero hay múltiples expresiones de violencia que no están tipificadas en el reglamento disciplinario.  “Hay que hacer una ampliación de las distintas expresiones de violencia y posteriormente someter (la propuesta de reforma del Reglamento disciplinario) a la Asamblea General Universitaria lo cual va a permitir que las Juntas Directivas, Decanatos y la Rectoría puedan actuar más expeditamente”.

Entre las observaciones hacia el documento por parte de quienes acudieron a esta primera convocatoria, están la de modificar y armonizar las leyes universitarias con las nacionales a favor de las mujeres, así como el compromiso institucional de quienes forman parte de la comunidad universitaria, ya que el avance de estos temas está vinculado a la voluntad política, dijeron.

El instrumento presentado el 10 de septiembre de 2018, forma parte del Plan de Trabajo 2017-2019 del CEG-UES-ISDEMU y Referentes de Género de las diferentes facultades que  comprende en sus estrategias “disminuir los índices de violencia contra las mujeres y de género en la UES” y entre sus acciones “elaborar un instrumento para atender casos de violencia de género”.

En los próximos días se hará una segunda convocatoria para desarrollar talleres de consulta para seguir ampliando las opiniones sobre este instrumento que busca de manera consensuada encontrar un mecanismo eficaz y eficiente para atender los casos de violencia de género en el alma mater.

El uso No Sexista del Lenguaje  

Por: Patricia Castro

El lenguaje al ser un conjunto de signos del cual disponemos para expresar lo que sentimos, vemos, pensamos y creamos; se convierte en un valioso instrumento a nuestro servicio para comunicarnos.

El lenguaje es además, una construcción histórica y social que condiciona e influye en nuestra manera de pensar y determina la visión de mundo de cada persona; toda cosmovisión está sesgada por diferentes condicionamientos sociales (etnia, edad, religión, ideología, sexo-género, etc.).

En el caso del lenguaje, el sesgo es por sexo y tiene que ver con considerar a los hombres como centro del universo, como medida de todas las cosas y con suponer que lo masculino es lo que más vale.

Esta cosmovisión sesgada del mundo se llama androcentrismo y considera a las mujeres como dependientes y subordinadas a los hombres.

Qué es el sexismo

El sexismo, son los valores, capacidades y roles diferenciados que la sociedad asigna a mujeres y a hombres en función únicamente de su sexo, por ello, el sexismo propicia el enquistamiento de actitudes que permiten el trato desigual y la jerarquización en el trato entre las personas.

El lenguaje, al reflejar esta realidad desigual entre hombres y mujeres, también la refuerza constantemente por medio de los mensajes que se transmiten en las diversas formas de comunicación. Cuando hacemos uso de un lenguaje sexista, no visibilizamos ni reconocemos las capacidades ni el valor social de las mujeres y mostramos solo una imagen parcial de la realidad.

En este punto es necesario aclarar que no existe un lenguaje sexista, sino un uso sexista del lenguaje, ya que el sexismo existe en la mente de las personas que lo hablamos y no en la lengua. La lengua es un instrumento maravilloso que permite que expresemos todos nuestros pensamientos y nos ofrece infinitas posibilidades para hacerlo, sin embargo nos expresamos de acuerdo a creencias, ideas, estereotipos y conceptos aprendidos desde nuestra infancia.

Una realidad sexista o no sexista

Consideramos que a partir del universo de posibilidades que el lenguaje nos ofrece, podemos decidir expresar una realidad sexista o no sexista; se trata entonces de escoger, entre los recursos que la lengua nos ofrece, los que nos permitan una transmisión de los pensamientos en los que estemos representadas mujeres y hombres por igual.

Es necesario por ello, conocer los errores más frecuentes del androcentrismo y del sexismo en el lenguaje para que podamos hacer cambios positivos en la construcción de una convivencia más equitativa entre los géneros, puesto que para cambiar el lenguaje tenemos primero que cambiar nuestra percepción del mundo.

Para que las personas podamos hacer un uso no sexista del lenguaje no existen recetas, ni indicaciones exactas y precisas. Se trata más bien de tomar conciencia de los sesgos sexistas de nuestro pensamiento y de cómo éstos se reflejan en el lenguaje.

Lo importante es en realidad tomar acciones para ir haciendo cambios desde los espacios donde nos movemos: el trabajo, la familia, etc. para que cada vez más personas tomemos conciencia de lo importante que es emplear lenguaje inclusivo y dejemos de usar términos peyorativos como hembra para referirnos a las mujeres.

Solo basta revisar en el diccionario su significado para darnos cuenta de toda la carga sexista que contiene. Y que decir de palabras como zorra, mujer pública, puta y otras que cuando las pensamos en masculino, cambiamos su significado.

Cuando empezamos a analizar esta situación y nos damos cuenta que el lenguaje (escrito, hablado, imagen) no hace más que reflejar lo que pensamos, el siguiente paso será comprender que al cambiar nuestra percepción del mundo cambiará el contenido de lo que comunicamos.

Dicho de otra forma, poniéndonos los lentes del género podremos identificar en el día a día de la comunicación la cantidad de expresiones que discriminan a las mujeres y nos convierten en objetos inferiores con respecto a los hombres.

Pero aunque nada está escrito y todo es un proceso, podemos apoyarnos en algunos aspectos que nos permitirán tomar en cuenta que las aportaciones de mujeres y hombres son igualmente importantes en la sociedad. Si somos conscientes de esta situación no habría por qué conceder más protagonismo a los hombres e invisibilizar a las mujeres.

A continuación se señalan los errores más frecuentes del lenguaje que se derivan del androcentrismo:

  1. Cuando utilizamos el masculino como genérico para hacer referencia a un grupo mixto, excluye a las mujeres de los espacios sociales e invizibiliza su existencia, su trabajo y su aporte a la sociedad. Pensar que el género masculino incluye a mujeres y hombres es un error, lo usamos porque simbólicamente pensamos en hombres y no en mujeres y hombres.
  2. Otro error frecuente es cuando presentamos a los hombres como único sujeto de referencia y acción y a las mujeres como dependientes de ellos. Ejemplos de esto es cuando en los periódicos u otros medios se dice: “El señor Gonzáles acudió a la actividad acompañado de su esposa e hijos”, “La señora vicepresidenta presencio el desfile”.
  3. “El señor presidente de la República, acompañado de la Primera Dama…” En estos ejemplos se muestra a los hombres como sujetos activos y protagonistas de los hechos y a las mujeres como dependientes, pasivas y hasta realizando acciones secundarias con respecto a las que realizan los hombres.

En cuanto a los errores más frecuentes que derivan del sexismo, mencionamos los siguientes:
1. Existe un trato diferente de acuerdo al sexo de la persona, donde las mujeres son generalmente minimizadas. Eje. Cuando nos referimos a las mujeres como señora o señorita, estamos informando de su estado civil, cosa que no hacemos con los hombres. Ellos son el señor tal, independientemente de su edad o estado civil. Otro ejemplo, “El equipo de trabajo consta de un ingeniero y dos jóvenes arquitectas”, están minimizando a las mujeres al hacer notar que son jóvenes.

2. Otro error consiste en usar el género femenino para desvalorar o descalificar comportamientos y actitudes. Ej. “Lloras como mujer lo que no has sabido defender como hombre”, “Esas son cosas de viejas, no te metas”.