Entre 2 y 3 horas ha aumentado el trabajo del cuidado para mujeres de la UES durante la cuarentena

Redacción: Roselia Núñez

En el marco de la cuarentena domiciliar obligatoria salvadoreña comprendida del 11 de marzo al 11 de junio de 2020 para desacelerar los contagios masivos del coronavirus, el Centro de Estudios de Género realizó un sondeo orientado a “conocer cómo las estudiantes, trabajadoras y docentes de la Universidad de El Salvador han enfrentado la cuarentena y de qué manera la han vivido, conocer sobre el uso del tiempo y cómo el confinamiento ha impactado en su estado emocional y económico”.

El sondeo denominado «Situación de las mujeres de la Universidad de El Salvador en período de confinamiento por el COVID-19», se realizó con la técnica de encuesta en línea del 9 al 16 de junio de 2020, en la que participaron 362 mujeres, 81.5% del sector estudiantil, 12,4% docente y 6.1% del sector administrativo de las doce facultades de la Universidad.

La consulta comprendió además la situación de las mujeres universitarias antes de la cuarentena y su estado durante la Tormenta tropical Amanda, que hizo su aparición en El Salvador en medio de la pandemia, del 31 de mayo al 7 de junio, causando muerte y destrucción a nivel centroamericano.

Uso de tiempo al trabajo doméstico no remunerado

El Uso del Tiempo es una herramienta que mide la carga del trabajo no remunerado que por siglos han realizado las mujeres y por siglos también, ha sido invisibilizado su aporte a las sociedades y a las economías de los países.

Un 46.69% de las mujeres de la Universidad dijo que el tiempo utilizado para este trabajo (labores de cocina, limpieza, reparaciones, así como la atención a la familia, tareas con sus hijas e hijos, compras de alimentos, trámites bancarios, entre otras actividades), ha sido de 3 y 5 horas, mientras que para un 32.32%, más de 5 horas.

Antes de la cuarentena, un 65.75% dijo que dedicaban menos de 3 horas a estas labores y un 21.55% que, entre 3 y 5 horas, lo que significa que el trabajo del cuidado y el doméstico no remunerado ha aumentado entre 2 y 3 horas para las mujeres de la Universidad.

Tareas escolares

Un 64.4% de mujeres dijeron no tener hijos, hijas o personas en edad escolar, mientras que un 35.9% respondió de manera positiva. De ese porcentaje, un 44% considera que su tiempo en apoyar a las tareas a sus familiares ha aumentado un poco más de dos horas.

Mientras que un 36.09% dijo que más de 4 horas en comparación al tiempo dedicado previo a la cuarentena. Durante la tormenta Amanda el tiempo a esta actividad fue de menos de dos horas según el 50%, período en el cual no hubo clases virtuales y por ende tampoco hubo asignación de tareas al estudiantado.

Responsabilidades académicas

A la pregunta sobre el tiempo dedicado a sus estudios durante la cuarentena domiciliar obligatoria, un 40.06% de las mujeres dijo que entre 5 y 8 horas y un 26.24% más de 8 horas, período en el cual docentes y estudiantes han continuado sus actividades desde lo virtual.

La situación cambió durante el periodo de la tormenta tropical Amanda, un 63.81% dijo que el tiempo dedicado a sus estudios fue de menos de 5 horas, debido a que durante las lluvias fueron suspendidas las clases.

Violencia machista

En El Salvador desde que se decretó cuarentena domiciliar el 11 hasta el 2 de junio, se registran 26 feminicidios y un incremento del 70% de casos de violencia contra las mujeres, según la Organización de Mujeres salvadoreñas por la Paz, ORMUSA.

En ese marco, se consultó a las mujeres universitarias si se han sentido amenazadas o han estado expuestas a algún tipo de violencia antes de la cuarentena, un 63.26% dijo que no, frente a un 34.53% que respondió afirmativamente.

Durante el confinamiento 67.40% dijo que no, pero hubo un 30.11% de mujeres que dijeron que sí fueron violentadas. Durante la lluvia un 71.82% respondieron haberse sentido seguras, pero un 19.34% dijeron que no.

Antes de la cuarentena

Quienes respondieron haberse sentirse vulneradas antes de la cuarentena, 31.07% dijeron haber sufrido violencia emocional y psicológica, 22.65% violencia verbal, un 9.06% violencia económica, 7.12% violencia sexual, 8.09% violencia digital, 5.83% violencia física y 1.62% violencia patrimonial.

Al consultar dónde vulneraron sus derechos un 27.62% dijo en la Universidad, 19.34% en el vecindario, 11.88% dijo que en su hogar y un 10.77% en el trabajo.

Durante la cuarentena

Durante la cuarentena 34.69% de las mujeres dijeron haber recibido violencia emocional y psicológica, 17.96% violencia verbal, 15.51% violencia económica, 8.16% violencia digital, 2.86% violencia física, 2.86% sexual y un 2.86% asegura haber recibido violencia patrimonial.

Respecto al lugar, 18.51% dijo haberse sentido vulnerada en su hogar durante la cuarentena, 11.05% en su vecindario, 6.91% en la Universidad (virtual) y un 3.87% en su trabajo.

Durante la tormenta Amanda

Durante la lluvia, un 35.33 % las mujeres consultadas dijeron haber recibido violencia emocional y psicológica, un 17.39% violencia verbal, 16.30% violencia económica, 8.70% violencia digital, 3.26% violencia patrimonial, 2.72% violencia física y 1.63% sexual.

Al consultarles sobre el lugar, 15.79% señaló el trabajo, 13.54% su hogar, 7.73% en su vecindario y un 3.59% en la Universidad (virtual), lo cual confirma que la violencia machista no ha estado en cuarentena y que por tanto es una realidad que debe nombrarse y atenderse en todos los niveles.

Para el director del Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador, Danilo Ramírez, los datos encontrados en este sondeo dejan en evidencia una vez más, la vulnerabilidad de las mujeres en cualquier situación “normal” o en situaciones de emergencia como el originado por el COVID-19 o por fenómenos naturales como la tormenta tropical Amanda.

En ese sentido, él considera que hacen falta “campañas gubernamentales encaminadas a erradicar todo tipo de   violencia en todos los ámbitos; donde se difundan mensajes en la búsqueda de la construcción de relaciones de igualdad con mensajes positivos a las mujeres y la necesidad de que los hombres tomemos conciencia de la necesidad de realizar cambios en sus acciones”.

Tomando en cuenta que la pandemia no ha finalizado y que el confinamiento voluntario sigue, “veamos este momento como una oportunidad para evitar los contagios, pero también para trabajar en un plan donde invadamos los medios de comunicación y las redes sociales, con mensajes para lograr la erradicación de la violencia machista”, finaliza el licenciado Ramírez.

En este link puede acceder al documento completo: Situación de las mujeres de la UES en período de confinamiento por el covid-19

Convenios que han dejado huellas en el CEG-UES

Redacción: Sonia Rivera

Desde el 26 de agosto de 2004 fecha de creación del Centro de Estudios de género se forma una nueva historia en la lucha y defensa de los derechos de las mujeres universitarias, ya que tras su creación se inician nuevas alianzas para el quehacer del Centro como un soporte al desarrollo académico y a la investigación con perspectiva de género.

Este compromiso está plasmado desde su misión de “asumir en el ámbito universitario, procesos y acciones que promuevan la equidad de género, eliminar las desigualdades entre mujeres y hombres en la Universidad y promover la autonomía de las mujeres”. Para dar inicio a este compromiso con la comunidad universitaria el CEG-UES a dos meses de su creación (octubre de 2004) firma la Universidad de El Salvador su primer convenio de cooperación para el CEG-UES con La Asociación Mujeres por la Dignidad y la Vida (Las DIGNAS), que tiene como objetivo sensibilizar y formar a la comunidad universitaria con la temática de género y dar pie al inicio del área de educación en el centro.

El área de educación se consolida con la creación de los diplomados “Género y Educación” y “Género y Desarrollo, capítulo El Salvador”, impartidos por Las DIGNAS a docentes y estudiantes de la Universidad para sensibilizar sobre el enfoque de género desde la academia. Con este inicio ambas partes declaran que “existen intereses recíprocos para desarrollar programas conjuntos de docencia, investigación extensión universitaria y cooperación institucional”.  El espacio se abre para que la UES desarrolle programas de investigación y formación académica de pregrado y posgrado, intra y extra curriculares como cátedras, diplomados, maestría, también gestiona conjuntamente en el ámbito nacional e internacional, cooperación financiera y técnica para desarrollar los planes, programas y proyectos establecidos, tal y como lo afirma el convenio.

En noviembre del 2009, se desarrolla otra etapa del CEG-UES con la firma del convenio marco con el Movimiento de Mujeres Mélida Anaya Montes (Las Mélidas), que busca “establecer acciones que faciliten la asistencia y el sostenimiento de la incorporación del enfoque de género a la comunidad universitaria, a través de seminarios diplomados, foros cátedras de género, entre otros.”

Luego de la consolidación del área de educación del CEG-UES inicia en febrero del 2011 otra etapa la cual permite que se propicien las condiciones de investigación y proyección social con estudian- tes de la universidad específicamente enfocada a las masculinidades, con el convenio marco entre la UES y el Centro Bartolomé de las Casas, con el cual se da un giro de 180 grados en el trabajo del Centro ya que permite organizar institucionalmente otras actividades académicas, fuera del campus y a nivel nacional con la finalidad de generar nuevos conocimientos sobre la teoría de género y masculinidades.

Este convenio se actualizó en febrero del 2018, con el propósito de reforzar conocimientos con la modalidad de la teoría “nuevas masculinidades no violentas”. Algunas de las acciones que han contribuido al desarrollo, sensibilización y deconstrucción del sistema patriarcal en mujeres y hombres de la comunidad universitaria son:

1- Escuela de Debate Feminista en Coordinación de la Asociación Mujeres Transformando.

2- Curso de Estudios Sexual y Genérica AMATE El Salvador, dirigido a estudiantes y profesionales de diferentes universidades e instituciones afines de El salvador.

3- Diplomado Gestión Pública con Equidad de Género, por la Asociación de Regidoras Síndicas y Alcaldesas Salvadoreñas (ANDRYSAS).

4- Diplomado Gestión Pública con Equidad de Género (ANDRYSAS)

5- Diplomado “Derechos Humanos” dirigido a mujeres lideresas trabajadoras del hogar remunerado en coordinación con la Asociación Movimiento de Mujeres Mélida Anaya Montes.

6- Curso Estado Laico, Género y Democracia, en coordinación con la Colectiva Feminista para el Desarrollo Local y el Movimiento por una Cultura Laica.

7- Aprobación de la Maestría en género por el Consejo Superior Universitario 2019.

8- Proyecto “Edificando relaciones de equidad de género en la sociedad, desde la Universidad de El Salvador”, ejecutado de manera conjunta entre Médicos del Mundo y el Centro de Estudios de Género, con vigencia de dos años, 2019-2020.

9- Revista impresa Atenea desde 2008 y la revista radial Atenea desde 2009, ambos medios de comunicación producidos desde el área de comunicaciones del CEG-UES a través de los cuales se hacen análisis sobre la situación de las mujeres en la Universidad y se da a conocer el quehacer de la Unidad.

10- Proyecto “Fortalecimiento del Liderazgo Femenino de las Instituciones de Educación Superior y la Sociedad” (EQUALITY), una red que estuvo constituida por 17 universidades de Latinoamérica y Europa incluida la Universidad de El Salvador. Proyecto que permite al Centro realizar el Primer plan de Igualdad de Género de la Universidad de El Salvador (2014-2015), que se ha convertido en la médula del centro, ya que sus estrategias y acciones son la biografía de las necesidades de las mujeres universitarias y en la actualidad, muchos de sus proyectos están encaminados al fiel cumplimiento del mismo.

El CEG-UES, tiene como base fomentar una cultura sobre el “empoderamiento e igualdad”, un reto que se ha puesto desde su creación, hoy en día lo está realizando junto con el Instituto Salvadoreño para el Desarrollo de la Mujer ISDEMU, y Médicos del Mundo (MdM). Ambas acciones hacen énfasis en la “trasversalización del enfoque de género, promoción de la igualdad y no discriminación y la prevención de la violencia contra las mujeres en la comunidad universitaria”.

Acciones que de acuerdo a la carta compromiso UES – ISDEMU

  1. Transversalización del enfoque de género en la UES
  2. Disminuir los índices de violencia contra las mujeres y de género en la UES.
  3. Promoción de procesos de investigación con enfoque de género desde las diferentes escuelas y facultades universitarias en coordinación con el ISDEMU.
  4. Crear capacidades para la incorporación del enfoque de género en los diferentes ámbitos de la comunidad universitaria.
  5. Desarrollar acciones de información y sensibilización dirigidas a la comunidad universitaria.
  6. Elaborar y dar seguimiento a los informes periódicos sobre el avance de ejecución del plan de trabajo en cumplimiento con la Carta de Entendimiento.
  7. Desarrollar procesos efectivos de coordinación interinstitucional para desarrollar proyectos conjuntos en áreas de interés común.

Trasversalización del enfoque de género en la UES.

La trasversalización del enfoque de género en la UES se está desarrollando a través de nombramiento de referentes de género en las decanaturas de las 12 facultades, con quienes se desarrollan charlas de sensibilización sobre violencia de género.

La elaboración de la ruta consensuada de atención a la violencia de género. Acompañamiento legal y psicológico a mujeres universitarias víctimas de violencia, con Bienestar Universitario. Para el CEG-UES este recorrido de formación le ha permitido dar algunas respuestas sobre las necesidades prácticas de las mujeres universitarias tal y como fue en sus inicios y continuará fomentando la participación de las mujeres, eliminando las prácticas patriarcales y brechas de género hasta alcanzar la libertad y cultura para mujeres y hombres en la Universidad de El Salvador.

Violencia contra las mujeres: una pandemia mundial sin atender

Por: Roselia Núñez

En El Salvador desde el 11 de marzo de 2020, día que se decretó cuarentena domiciliar obligatoria y hasta el 2 de junio del mismo año, 26 mujeres fueron asesinadas, 13 de ellas por sus parejas, según el Observatorio de Violencia contra las mujeres, de la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz (ORMUSA).

El panorama internacional es muy parecido. En Argentina por ejemplo, 18 mujeres fueron asesinadas en los primeros 20 días de confinamiento, situación que se ha replicado en países como Perú, México, Brasil y Chile por mencionar algunos de Latinoamérica.

Europa y Asia no se alejan de estas cifras, lo que ha dejado en evidencia la ausencia de medidas gubernamentales en beneficio de las mujeres y en atender una realidad histórica que anualmente deja más de 87 mil feminicidios a nivel mundial.

El feminicidio, regulado como delito en la Ley Especial Integral para una Vida Libre de Violencia para las Mujeres, es toda violencia de género extrema contra mujeres y comprende un conjunto de hechos misóginos que implican la violación de derechos humanos, culminando con el asesinato.

La preocupación actual de los gobiernos del mundo por proteger a la población contra la pandemia, ha obligado a las mujeres a quedarse en sus hogares donde muchas veces, conviven con parejas o familiares violentos.  Según la Fiscalía General de El Salvador, hasta el 10 de abril un poco más de 200 mujeres habían denunciado haber sufrido violencia de sus parejas.  La Procuraduría General la República registraba hasta el 14 de abril, 538 agresiones contra mujeres.

El peligro para las mujeres no solo está en la calle, el «quedarse en casa» para algunas ha significado convivir todo el día con su agresor, recibir ataques cibernéticos o ser testigas en redes sociales y en televisión de la naturalización de la violencia machista, dando paso a lemas como «la violencia machista no está en cuarentena», para recordar al Estado que la violencia contra las mujeres es una pandemia mundial que existe y sigue sin atenderse.

Mientras los gobiernos trabajan contra la propagación del COVID-19 y relegan a último plano, una vez más, la lucha por erradicar la violencia machista, ha sido clave la contraloría y el acompañamiento social y feminista para demandar respuestas de las instituciones responsables de fortalecer los mecanismos para erradicar la discriminación y la violencia contra las mujeres.

Ante esta realidad, la Red Feminista Salvadoreña frente a la Violencia contra las Mujeres (RED-FEM), lanzó el 14 de mayo un mecanismo de auxilio y alerta temprana, denominada APPFEM, una aplicación de descarga gratuita que brinda información sobre servicios de atención social, jurídica, de salud y policial.

La RED-FEM está integrada por la Asociación de Mujeres por la Dignidad y la Vida (Las Dignas), la Asociación Movimiento de Mujeres Mélida Anaya Montes (Las Mélidas) y la Organización de Mujeres Salvadoreñas por la Paz ORMUSA.

Violencia hacia las mujeres en la Universidad de El Salvador

Por. Astrid Lindo

Constantemente en nuestro entorno se van conociendo historias de mujeres que, sabiéndolo o no, están siendo víctimas de violencia por un hombre, un grupo de hombres o incluso de otras mujeres por su simple condición de ser mujeres.

Cuando hablamos de violencia lo primero que se nos viene a la mente es la violencia física y pensamos en mujeres muertas o con algún tipo de lesiones, de hecho no es poca la violencia física manifestada en nuestro país. Según datos de Medicina Legal, publicados en el Observatorio de Violencia de Género contra las mujeres, solamente en el 2016 hubo 520 feminicidios en el país, entre los cuales, 256 estaban en el rango entre los 18 y 40 años. La PNC. Para el mismo año, registró 1376 denuncias de violencia intrafamiliar, de las cuales 1219 eran hacia el sexo femenino y, en su mayoría, las denunciantes fueron mujeres entre los 18 y los 40 años. La Universidad de El Salvador no es ajena a esta situación en el país, e informalmente se ha sabido de casos de violencia física, sobre todo en estudiantes.

Aunque la violencia física es la más visible y más fácil de demostrar probablemente, hay otras formas de violencia que se ejercen constantemente contra la mujer, en un ambiente, como este, en el que los esquemas machistas están muy arraigados y, en diferentes grados, aún predomina una concepción de que las mujeres debe ocupar posiciones más bajas que el hombre y someterse a la autoridad del mismo.

El Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador, entre los casos de denuncias de violencia de género que ha acompañado y/o asesorado reporta 14 casos distribuidos en las diferentes instancias de la siguiente manera (ver tabla 1 y 2):

                                   

En el caso de la tabla 3, se registran menos tipos de violencias que número de demandas, es por la razón de que en cinco casos, se reportó como violencia laboral, que, de acuerdo a la LEIV es una modalidad de violencia, que implica varias de las mencionadas anteriormente, aunque en los casos presentados en este caso, no especifican qué tipo de violencia.

 

Otro elemento a considerar en esta tabla es que en varios casos se reportaron más de un tipo de violencia en la misma demanda.

Dado que el Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador no tiene entre sus atribuciones resolver demandas, su papel en estos casos es solamente de asesoría y/o acompañamiento. Según sus características, los casos son remitidos a las instituciones pertinentes.

Entre los años 2015 y 2016 la Defensoría de los Derechos Universitarios reporta solamente tres casos resueltos de demandas de violencia de género.

Si nos limitamos a los casos reportados, parecería que la Universidad de El Salvador es una institución muy pacífica y respetuosa de los derechos de las mujeres, considerando la enorme población que forma parte de la comunidad universitaria. Sin embargo, los datos presentados no son más que una mínima parte de una punta de un iceberg que no se termina de dimensionar debido al temor o desconfianza de muchas mujeres a denunciar las situaciones de violencia a las que son sometidas o, lo que es peor la cantidad de mujeres y hombres que ni siquiera tienen conciencia de la cantidad de violencia que se está generando en sus relaciones cotidianas, porque la han internalizado en su proceso de socialización como algo natural.

Para una persona observadora, solo basta dar una vuelta por el campus, escuchar reuniones de trabajo en algunas oficinas, reuniones de departamento, o de órganos de gobierno para escuchar expresiones misóginas o darse cuenta de como las participaciones de las mujeres, que son una minoría, son ignoradas o descalificadas por el simple hecho de venir de una mujer.

Con el fin de disminuir y en algún momento llegar a eliminar de las prácticas universitarias la violencia de género, es primordial que tanto hombres como mujeres tomen conciencia de las relaciones de violencia que se generan cotidianamente y de las leyes que protegen a las mujeres de ese tipo de violencia. También tienen que tener claras las instancias a las que pueden recurrir para obtener las ayudas respectivas tanto a nivel legal como psicológico u otros.