Entre 2 y 3 horas ha aumentado el trabajo del cuidado para mujeres de la UES durante la cuarentena

Redacción: Roselia Núñez

En el marco de la cuarentena domiciliar obligatoria salvadoreña comprendida del 11 de marzo al 11 de junio de 2020 para desacelerar los contagios masivos del coronavirus, el Centro de Estudios de Género realizó un sondeo orientado a “conocer cómo las estudiantes, trabajadoras y docentes de la Universidad de El Salvador han enfrentado la cuarentena y de qué manera la han vivido, conocer sobre el uso del tiempo y cómo el confinamiento ha impactado en su estado emocional y económico”.

El sondeo denominado «Situación de las mujeres de la Universidad de El Salvador en período de confinamiento por el COVID-19», se realizó con la técnica de encuesta en línea del 9 al 16 de junio de 2020, en la que participaron 362 mujeres, 81.5% del sector estudiantil, 12,4% docente y 6.1% del sector administrativo de las doce facultades de la Universidad.

La consulta comprendió además la situación de las mujeres universitarias antes de la cuarentena y su estado durante la Tormenta tropical Amanda, que hizo su aparición en El Salvador en medio de la pandemia, del 31 de mayo al 7 de junio, causando muerte y destrucción a nivel centroamericano.

Uso de tiempo al trabajo doméstico no remunerado

El Uso del Tiempo es una herramienta que mide la carga del trabajo no remunerado que por siglos han realizado las mujeres y por siglos también, ha sido invisibilizado su aporte a las sociedades y a las economías de los países.

Un 46.69% de las mujeres de la Universidad dijo que el tiempo utilizado para este trabajo (labores de cocina, limpieza, reparaciones, así como la atención a la familia, tareas con sus hijas e hijos, compras de alimentos, trámites bancarios, entre otras actividades), ha sido de 3 y 5 horas, mientras que para un 32.32%, más de 5 horas.

Antes de la cuarentena, un 65.75% dijo que dedicaban menos de 3 horas a estas labores y un 21.55% que, entre 3 y 5 horas, lo que significa que el trabajo del cuidado y el doméstico no remunerado ha aumentado entre 2 y 3 horas para las mujeres de la Universidad.

Tareas escolares

Un 64.4% de mujeres dijeron no tener hijos, hijas o personas en edad escolar, mientras que un 35.9% respondió de manera positiva. De ese porcentaje, un 44% considera que su tiempo en apoyar a las tareas a sus familiares ha aumentado un poco más de dos horas.

Mientras que un 36.09% dijo que más de 4 horas en comparación al tiempo dedicado previo a la cuarentena. Durante la tormenta Amanda el tiempo a esta actividad fue de menos de dos horas según el 50%, período en el cual no hubo clases virtuales y por ende tampoco hubo asignación de tareas al estudiantado.

Responsabilidades académicas

A la pregunta sobre el tiempo dedicado a sus estudios durante la cuarentena domiciliar obligatoria, un 40.06% de las mujeres dijo que entre 5 y 8 horas y un 26.24% más de 8 horas, período en el cual docentes y estudiantes han continuado sus actividades desde lo virtual.

La situación cambió durante el periodo de la tormenta tropical Amanda, un 63.81% dijo que el tiempo dedicado a sus estudios fue de menos de 5 horas, debido a que durante las lluvias fueron suspendidas las clases.

Violencia machista

En El Salvador desde que se decretó cuarentena domiciliar el 11 hasta el 2 de junio, se registran 26 feminicidios y un incremento del 70% de casos de violencia contra las mujeres, según la Organización de Mujeres salvadoreñas por la Paz, ORMUSA.

En ese marco, se consultó a las mujeres universitarias si se han sentido amenazadas o han estado expuestas a algún tipo de violencia antes de la cuarentena, un 63.26% dijo que no, frente a un 34.53% que respondió afirmativamente.

Durante el confinamiento 67.40% dijo que no, pero hubo un 30.11% de mujeres que dijeron que sí fueron violentadas. Durante la lluvia un 71.82% respondieron haberse sentido seguras, pero un 19.34% dijeron que no.

Antes de la cuarentena

Quienes respondieron haberse sentirse vulneradas antes de la cuarentena, 31.07% dijeron haber sufrido violencia emocional y psicológica, 22.65% violencia verbal, un 9.06% violencia económica, 7.12% violencia sexual, 8.09% violencia digital, 5.83% violencia física y 1.62% violencia patrimonial.

Al consultar dónde vulneraron sus derechos un 27.62% dijo en la Universidad, 19.34% en el vecindario, 11.88% dijo que en su hogar y un 10.77% en el trabajo.

Durante la cuarentena

Durante la cuarentena 34.69% de las mujeres dijeron haber recibido violencia emocional y psicológica, 17.96% violencia verbal, 15.51% violencia económica, 8.16% violencia digital, 2.86% violencia física, 2.86% sexual y un 2.86% asegura haber recibido violencia patrimonial.

Respecto al lugar, 18.51% dijo haberse sentido vulnerada en su hogar durante la cuarentena, 11.05% en su vecindario, 6.91% en la Universidad (virtual) y un 3.87% en su trabajo.

Durante la tormenta Amanda

Durante la lluvia, un 35.33 % las mujeres consultadas dijeron haber recibido violencia emocional y psicológica, un 17.39% violencia verbal, 16.30% violencia económica, 8.70% violencia digital, 3.26% violencia patrimonial, 2.72% violencia física y 1.63% sexual.

Al consultarles sobre el lugar, 15.79% señaló el trabajo, 13.54% su hogar, 7.73% en su vecindario y un 3.59% en la Universidad (virtual), lo cual confirma que la violencia machista no ha estado en cuarentena y que por tanto es una realidad que debe nombrarse y atenderse en todos los niveles.

Para el director del Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador, Danilo Ramírez, los datos encontrados en este sondeo dejan en evidencia una vez más, la vulnerabilidad de las mujeres en cualquier situación “normal” o en situaciones de emergencia como el originado por el COVID-19 o por fenómenos naturales como la tormenta tropical Amanda.

En ese sentido, él considera que hacen falta “campañas gubernamentales encaminadas a erradicar todo tipo de   violencia en todos los ámbitos; donde se difundan mensajes en la búsqueda de la construcción de relaciones de igualdad con mensajes positivos a las mujeres y la necesidad de que los hombres tomemos conciencia de la necesidad de realizar cambios en sus acciones”.

Tomando en cuenta que la pandemia no ha finalizado y que el confinamiento voluntario sigue, “veamos este momento como una oportunidad para evitar los contagios, pero también para trabajar en un plan donde invadamos los medios de comunicación y las redes sociales, con mensajes para lograr la erradicación de la violencia machista”, finaliza el licenciado Ramírez.

En este link puede acceder al documento completo: Situación de las mujeres de la UES en período de confinamiento por el covid-19

Violencia hacia las mujeres en la Universidad de El Salvador

Por. Astrid Lindo

Constantemente en nuestro entorno se van conociendo historias de mujeres que, sabiéndolo o no, están siendo víctimas de violencia por un hombre, un grupo de hombres o incluso de otras mujeres por su simple condición de ser mujeres.

Cuando hablamos de violencia lo primero que se nos viene a la mente es la violencia física y pensamos en mujeres muertas o con algún tipo de lesiones, de hecho no es poca la violencia física manifestada en nuestro país. Según datos de Medicina Legal, publicados en el Observatorio de Violencia de Género contra las mujeres, solamente en el 2016 hubo 520 feminicidios en el país, entre los cuales, 256 estaban en el rango entre los 18 y 40 años. La PNC. Para el mismo año, registró 1376 denuncias de violencia intrafamiliar, de las cuales 1219 eran hacia el sexo femenino y, en su mayoría, las denunciantes fueron mujeres entre los 18 y los 40 años. La Universidad de El Salvador no es ajena a esta situación en el país, e informalmente se ha sabido de casos de violencia física, sobre todo en estudiantes.

Aunque la violencia física es la más visible y más fácil de demostrar probablemente, hay otras formas de violencia que se ejercen constantemente contra la mujer, en un ambiente, como este, en el que los esquemas machistas están muy arraigados y, en diferentes grados, aún predomina una concepción de que las mujeres debe ocupar posiciones más bajas que el hombre y someterse a la autoridad del mismo.

El Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador, entre los casos de denuncias de violencia de género que ha acompañado y/o asesorado reporta 14 casos distribuidos en las diferentes instancias de la siguiente manera (ver tabla 1 y 2):

                                   

En el caso de la tabla 3, se registran menos tipos de violencias que número de demandas, es por la razón de que en cinco casos, se reportó como violencia laboral, que, de acuerdo a la LEIV es una modalidad de violencia, que implica varias de las mencionadas anteriormente, aunque en los casos presentados en este caso, no especifican qué tipo de violencia.

 

Otro elemento a considerar en esta tabla es que en varios casos se reportaron más de un tipo de violencia en la misma demanda.

Dado que el Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador no tiene entre sus atribuciones resolver demandas, su papel en estos casos es solamente de asesoría y/o acompañamiento. Según sus características, los casos son remitidos a las instituciones pertinentes.

Entre los años 2015 y 2016 la Defensoría de los Derechos Universitarios reporta solamente tres casos resueltos de demandas de violencia de género.

Si nos limitamos a los casos reportados, parecería que la Universidad de El Salvador es una institución muy pacífica y respetuosa de los derechos de las mujeres, considerando la enorme población que forma parte de la comunidad universitaria. Sin embargo, los datos presentados no son más que una mínima parte de una punta de un iceberg que no se termina de dimensionar debido al temor o desconfianza de muchas mujeres a denunciar las situaciones de violencia a las que son sometidas o, lo que es peor la cantidad de mujeres y hombres que ni siquiera tienen conciencia de la cantidad de violencia que se está generando en sus relaciones cotidianas, porque la han internalizado en su proceso de socialización como algo natural.

Para una persona observadora, solo basta dar una vuelta por el campus, escuchar reuniones de trabajo en algunas oficinas, reuniones de departamento, o de órganos de gobierno para escuchar expresiones misóginas o darse cuenta de como las participaciones de las mujeres, que son una minoría, son ignoradas o descalificadas por el simple hecho de venir de una mujer.

Con el fin de disminuir y en algún momento llegar a eliminar de las prácticas universitarias la violencia de género, es primordial que tanto hombres como mujeres tomen conciencia de las relaciones de violencia que se generan cotidianamente y de las leyes que protegen a las mujeres de ese tipo de violencia. También tienen que tener claras las instancias a las que pueden recurrir para obtener las ayudas respectivas tanto a nivel legal como psicológico u otros.

Resultados de estudio cualitativo sobre construcción social del Lenguaje de Género en la enseñanza de instituciones de Educación Superior de Santa Ana

Por: Msc. Sonia de Marroquín

Docente de la Facultad de Multidisciplinaria de Occidente

Universidad de El Salvador

 

En el año 2008 se desarrolló una investigación cualitativa sobre la “Construcción Social del Lenguaje de Género en la Enseñanza de Instituciones de Educación Superior de Santa Ana”.

La investigación tuvo como objetivo general, explorar la construcción social del lenguaje de género del personal docente y de la población estudiantil de la Facultad Multidisciplinaria de Occidente de la Universidad de El Salvador, Universidad Modular Abierta, Centro Universitario de Santa Ana – UMA y Universidad Católica de El Salvador – UNICAES, en sus procesos de enseñanza aprendizaje, especialmente a través del uso del lenguaje en el ámbito académico.

Con la investigación se busca aportar a la equidad de género en El Salvador, específicamente en el ámbito de la educación superior, ya que las universidades son las llamadas a impulsar una mayor participación de la mujer en el desarrollo económico, social, cultural y político.

La investigación fue realizada para que todas aquellas personas involucradas en el ámbito educativo (sectores docente y estudiantil de las instituciones de educación superior de Santa Ana), tengan una percepción de las tendencias actuales en la construcción social del lenguaje. De esta manera, se pretende contribuir a promover una conciencia social de género a fin de que los cambios de actitud y uso genérico de lenguaje se vayan consolidando.

El lenguaje juega un papel fundamental y protagónico en todos los ámbitos de la vida humana, ya que a través de éste la humanidad transmite de generación en generación su legado científico, cultural y social.

Es así como a través del lenguaje, la humanidad registra su presente, pasado y futuro, ya que es el reflejo de los acontecimientos históricos, políticos, culturales y educativos de la sociedad. En ese sentido, es importante construir un lenguaje de género que posibilite la visibilidad de las mujeres en el devenir histórico de la humanidad.

Resultados obtenidos

La información obtenida mediante la investigación, refleja que tanto el personal docente, como el estudiantado de las universidades (objeto de estudio), hacen uso sexista y androcéntrico del lenguaje con gran frecuencia, lo cual pone en evidencia que aún cuando existe una voluntad expresa por parte del personal docente y del estudiantado universitario por usar el lenguaje no sexista en su interacción dentro del proceso de enseñanza-aprendizaje, existe mucha incongruencia entre su discurso y su uso real del lenguaje.

Es así como el personal docente y el estudiantado (entrevistados y observados), reflejan su realidad histórica a través del uso que hacen del lenguaje, una realidad histórica que engloba muchas desigualdades, lo cual es producto de nuestro sistema social, que le ha dado al hombre el derecho de someter, vigilar y hasta de castigar a la mujer, a quien históricamente se le ha considerado inferior.

El uso genérico del lenguaje obviamente, requiere de la modificación o transformación de ciertas actitudes en las y los hablantes. Por ejemplo, se requiere que las y los hablantes transformen sus actitudes tradicionalmente machistas en actitudes que posibiliten el uso genérico del lenguaje de manera espontánea y consciente.

Al explorar la construcción social del lenguaje de género en las universidades de Santa Ana en el proceso de enseñanza aprendizaje, el personal docente y el estudiantado, hacen un uso sexista del lenguaje de manera natural y espontánea, como producto del proceso de naturalización de los roles, la constante asignación social de funciones y actividades a las mujeres y a los hombres.

Aún cuando el Ministerio de Educación hace grandes esfuerzos por implementar el eje transversal de género en el proceso de enseñanza aprendizaje, el personal docente y el estudiantado a nivel superior hacen uso sexista y androcéntrico del lenguaje, debido a que aún arrastran patrones culturales, sociales e históricos producto del sistema social en el cual se han desarrollado.

El lenguaje está en constante cambio y los cambios en el lenguaje surgen acorde a las necesidades de su pueblo. Estos cambios en el lenguaje reflejan el hecho que vivimos en una sociedad y naturaleza cambiante. Tal como lo expresa Claude Lévi-Strauss, el lenguaje es el hecho cultural por excelencia, por varias razones, entre las que se encuentran la cultura, actitud o hábitos que recibimos de la tradición externa.

Lo anterior se evidencia en el tipo de lenguaje que el alumnado usa no solamente en las aulas, sino también fuera de ellas, lo cual es en gran parte, producto del constante modelaje del personal docente, ente responsable del proceso de enseñanza aprendizaje en los diferentes niveles, así como también, por todas aquellas personas de su ámbito social y cultural en el cual están inmersos, tales como amigos, amigas, familiares, entre otros.

La investigación realizada muestra claramente que para lograr cierta uniformidad en el uso genérico del lenguaje debe haber cambios estructurales en nuestra sociedad.  Tal como sostiene Crane (1981), los cambios en el lenguaje son paralelos a la historia de sus hablantes. Es decir, que el uso genérico del lenguaje se consolidará siempre y cuando los cambios en el lenguaje vayan acompañados de cambios en las estructuras sociales que contrarresten las desigualdades entre los seres humanos.

Evidentemente no es un fenómeno aislado que se va a dar a nivel educativo simplemente, es un proceso ligado al desarrollo social, cultural, político, económico y educativo. Por tanto, es importante generar las condiciones de cambio en los diferentes ámbitos a fin de que de una manera sistemática y segura se mecanice el uso del lenguaje de género en la enseñanza superior universitaria.

«Las mujeres son prioridad»: Licenciado Danilo Ramírez, director Centro de Estudios de Género de la UES

El Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador (CEG-UES), desde su creación en el 2004, se ha mantenido como un ente de sensibilización y transformación de conocimiento en cuanto a la temática de Género y Derechos Humanos de las Mujeres en los tres sectores que conforman el alma mater, docente, estudiantil y administrativo. 

La sensibilización, transformación y refuerzo de conocimiento son tres pilares fundamentales para el CEG como lo determina la Política de Equidad de Género de la UES, como aporte concreto para que la Universidad de El Salvador desarrolle un trabajo institucional sostenido en beneficio de las mujeres universitarias.

El Licenciado José Danilo Ramírez, nombrado Director del Centro de Estudios de Género el 1 de junio de 2017 brindó una entrevista el 7 de junio de 2017 a la Revista Radial Atenea que se transmite desde hace 8 años por el 660 AM y http://www.ues.edu.sv/radio-ysues de YSUES Radio Universitaria.

¿Cuál ha sido su formación encaminado a visibilizar las desigualdades por razón de género en la UES?
Ha sido toda una experiencia que inició en los años 70, desde entonces hemos tenido un acercamiento con el colectivo de mujeres quienes han manifestado en su momento, el problema de discriminación, marginación y acoso que habían vivido y experimentamos en la guerra.
Y así fui prácticamente formándome y acercándome a apoyar varios movimientos de mujeres, uno de ellos es la Coordinadora Nacional de la Mujer (CONAMUS) por los años 80 que apoyé ampliamente en todo su desarrollo. Fui testigo de varios casos de atención a mujeres maltratadas y de los proyectos que se tenían como la casa de apoyo de las mujeres maltratadas, un proyecto interesante, donde observé la atención psicológica que se les daba a las mujeres, así como el seguimiento.
Así también participé en varios movimientos de debates donde enfocábamos el género y poco a poco fui conociendo la teoría y la práctica, yo empecé más por práctica y luego la teoría. Tengo formación en cursos y diplomados con enfoque de género. De 2015 a junio de 2017, fui coordinador de la Comisión de Género de la Asamblea General Universitaria desde donde se presentaron diversos proyectos encaminados a visibilizar el aporte de las mujeres en la UES, así como las brechas de género en la institución.

¿Cómo se toma la decisión de que sea usted parte de la dirección del Centro de Estudios de Género y cuál es el apoyo que tiene desde las autoridades al momento de asumir este puesto?
Precisamente fue la experiencia que se tuvo con la coordinación de la Comisión de Género de la AGU, ya que el Señor Rector Roger Arias desde antes de llegar a la Rectoría nos estuvo observando como trabajábamos.
Luego platicando con un equipo de apoyo institucional sobre los proyectos para la UES, decíamos que el Centro de Estudios realmente no estaba siendo apoyado y que se necesita que la gestión sea mayor, porque como ya todo mundo sabe la Unidad nace sin presupuesto y continúa en esas condiciones.
Lo que actualmente se hace y que es bastante, se está realizando con un mínimo de recursos y fue así como le dije al señor rector que estaba de acuerdo en asumir este reto siempre y cuando
se nos apoyara con los recursos y con el seguimiento a lo que como Centro nos proyectemos, y fue que él respondió que está en toda la disposición de apoyarnos. De tal forma que el 31 de mayo me dio el acuerdo para que iniciara a partir del primero de junio como Di- rector del Centro de Estudios de Género. Aclarar que aún no estoy trabajando a tiempo completo porque tengo mis actividades académicas en la Facultad de Química y Farmacia, pero que estoy dispuesto a escatimar esfuerzo y tiempo para el trabajo de esta Unidad en beneficio de las mujeres y la diversidad dentro de la Universidad de El Salvador.

¿Qué significa ser Director del Centro de Estudios de Género?
Significa mucho porque siempre ha sido un sueño poder aportar al desarrollo de las mujeres y de la comunidad LGTBI, porque tenemos una cantidad bastante considerable de población LGTBI, y me siento muy emocionado cuando llego y encuentro un equipo con toda la disposición de trabajar realmente me siento muy feliz, pero al mismo tiempo con un poco de temor porque es un gran desafío.
Lo que estamos proyectando en estos momentos es bastante amplio y vamos a necesitar de todo el apoyo, no solo a nivel interno, sino también a nivel externo desde las asociaciones de mujeres, mujeres trans, masculinidades no violentas y asociaciones afines que trabajan con el enfoque de género. Así también de las instituciones gubernamentales y no gubernamentales que trabajan el enfoque de género y también se tocaran puertas a nivel internacional.

¿Qué Asociaciones de Mujeres se le han acercado como Director para continuar desarrollando el trabajo en la UES, partiendo que ha habido muchas críticas desde que se dio a conocer su nombramiento?
Bueno como desde los 70 u 80 he venido acompañando estos movimientos, hay mujeres que me conocen y saben cuál es mi trabajo y mi pensamiento con respecto al apoyo y acompañamiento al desarrollo de la mujer y para la defensa de los derechos. En ese sentido, ha habido compañeras que me han llamado, otras que me han escrito felicitándome y brindándome el apoyo para el trabajo del centro.
Por ejemplo, la Alianza de Mujeres con quienes estuvimos trabajando desde la Comisión de Género y dimos a conocer a la Asamblea General Universitaria el proyecto de despenalización del aborto por las cuatro causales de la interrupción del embarazo; me llamaron y me dijeron que vamos a continuar con ese proyecto, se mostraron  muy contentas y me han invitado a participar en la Mesa de Salud Reproductiva del Foro Nacional de Salud porque consideran que el Centro de Estudios de Género debe de estar ahí. Por lo tanto, no deben preocuparse aquí no hay retroceso, lo que tendremos es un mayor empuje al Centro de Estudios de Género, las mujeres son prioridad para la Unidad, siempre seremos nosotras y nosotros porque también incluiremos a la diversidad, tenemos acercamiento con las asociaciones que trabajan con la comunidad LGTBI, vean en mí un aliado cien por ciento, estoy dispuesto a trabajar férreamente por el trabajo de la mujer.

¿Cuáles son las ventajas y desventajas de cambiar al Centro de Estudios de Género en un Instituto de Estudios de Género?

Los Centros de Investigación prácticamente tienen una función básica que es la de atender y apoyarse en las investigaciones y hasta ahí queda, por ejemplo el Centro trabajó la Política de Equidad de Género de la Universidad de El Salvador y la propuso pero hasta ahí se quedó. El resto le competía a las diversas unidades que conforman la Universidad, decanaturas y vicedecanaturas, y que la planta docente la retomaran y empezaran a replicar durante su interacción con el estudiantado, pero ¿qué pasó?, hay mucha gente que decían y dicen no conocerla. Como Instituto de Estudios de la Mujer se impulsaran más investigaciones y se dará acreditación a los diplomados y/o postgrados que se impartan. En este momento el Centro de Estudios de Género de la UES ha estado brindando atención a las mujeres sin tener un espacio físico suficiente para ello. En cambio en el instituto tendremos tres grandes espacios a los que daremos respuesta a través de la Secretaría de la Mujer, Diversidad y Masculinidades No Violentas.

Se habla de un Congreso para el mes de noviembre, ¿qué nos puede decir al respecto? 
Si, sería el primer Congreso de Identidad y Equidad de Género de la UES: educación superior, docencia, ciencia y proyección social con igualdad y equidad de Género. A raíz de los casos que se estaban viendo y a los que se les daba seguimiento desde la Co- misión de Género de la Asam- blea General Universitaria, se identificó la necesidad de hacer un diagnóstico actualizado sobre la situación de género en la UES, y es ahí donde surgió la idea inicial de hacer un foro.
Como Comisión, invitamos a varias mujeres para que nos dijeran qué les parecía la idea y las respuestas fueron a favor. Al inicio se había pensado en dos días, pero posteriormente en reuniones con las compañeras feministas que nos están ayudando como la Maestra Candelaria Navas, la Ingeniera América Romualdo, la Maestra Sofía Cabrera, entre otras.
Fueron ellas las que dijeron que dos días no son suficientes si queremos sacar resoluciones contundentes, por lo tanto, se estableció que el Congreso se lleve a cabo tres días. Es así como se está en planificación del Congreso del 22 al 24 de noviembre de este año en el marco de la conmemoración del Día de la No violencia contra las Mujeres que es el 25 de noviembre.
Estamos trabajando en ello y esperamos que las resoluciones del congreso, sean tomadas en cuenta por las autoridades como un mandato por decirlo así, para iniciar los cambios de erradicación de la violencia y discriminación contra las mujeres en la UES.
Algunas de las problemáticas a tratar en el congreso son Responsabilidad social de las Universidades y su papel en desarrollo sostenible con enfoque de género; , Desarrollo humano y subjetividad; Identidad y diversidad; Tendencias del Desarrollo Universitario; Sistemas de educación superior en el mundo; la Equidad de Género como necesidad Social y los estudios de género como campo Interdisciplinario y procesos de construcción con identidades profesionales, entre otros temas. En el Congreso se expondrán los proyectos de investigación que realice el estudiantado en el “Curso
Sexualidad y Género”, impartido por AMATE El Salvador, en coordinación con el CEG-UES.

¿Cuál es el compromiso de las autoridades Universitarias, ante el trabajo del CEG-UES? 
Primero que nada, decir que acepté el reto por el compromiso del Rector de la Universidad, Maestro Roger Arias a apoyar al Centro de Estudios de Género. Él tiene mucha apertura sobre el tema de género y lo noté desde que él estaba como Decano de la Facultad de Ciencias Económicas, ya que apoyó varios procesos y promovió al personal para que se especializarán en el tema. De hecho, fue él quien me comentó sobre su preocupación por la unidad, que no cuenta con un presupuesto adecuado. En ese sentido, decir que él está en toda la disposición de apoyarnos y que el Instituto de Estudios de Género en la UES sea una realidad.