Violencia hacia las mujeres en la Universidad de El Salvador

Por. Astrid Lindo

Constantemente en nuestro entorno se van conociendo historias de mujeres que, sabiéndolo o no, están siendo víctimas de violencia por un hombre, un grupo de hombres o incluso de otras mujeres por su simple condición de ser mujeres.

Cuando hablamos de violencia lo primero que se nos viene a la mente es la violencia física y pensamos en mujeres muertas o con algún tipo de lesiones, de hecho no es poca la violencia física manifestada en nuestro país. Según datos de Medicina Legal, publicados en el Observatorio de Violencia de Género contra las mujeres, solamente en el 2016 hubo 520 feminicidios en el país, entre los cuales, 256 estaban en el rango entre los 18 y 40 años. La PNC. Para el mismo año, registró 1376 denuncias de violencia intrafamiliar, de las cuales 1219 eran hacia el sexo femenino y, en su mayoría, las denunciantes fueron mujeres entre los 18 y los 40 años. La Universidad de El Salvador no es ajena a esta situación en el país, e informalmente se ha sabido de casos de violencia física, sobre todo en estudiantes.

Aunque la violencia física es la más visible y más fácil de demostrar probablemente, hay otras formas de violencia que se ejercen constantemente contra la mujer, en un ambiente, como este, en el que los esquemas machistas están muy arraigados y, en diferentes grados, aún predomina una concepción de que las mujeres debe ocupar posiciones más bajas que el hombre y someterse a la autoridad del mismo.

El Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador, entre los casos de denuncias de violencia de género que ha acompañado y/o asesorado reporta 14 casos distribuidos en las diferentes instancias de la siguiente manera (ver tabla 1 y 2):

                                   

En el caso de la tabla 3, se registran menos tipos de violencias que número de demandas, es por la razón de que en cinco casos, se reportó como violencia laboral, que, de acuerdo a la LEIV es una modalidad de violencia, que implica varias de las mencionadas anteriormente, aunque en los casos presentados en este caso, no especifican qué tipo de violencia.

 

Otro elemento a considerar en esta tabla es que en varios casos se reportaron más de un tipo de violencia en la misma demanda.

Dado que el Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador no tiene entre sus atribuciones resolver demandas, su papel en estos casos es solamente de asesoría y/o acompañamiento. Según sus características, los casos son remitidos a las instituciones pertinentes.

Entre los años 2015 y 2016 la Defensoría de los Derechos Universitarios reporta solamente tres casos resueltos de demandas de violencia de género.

Si nos limitamos a los casos reportados, parecería que la Universidad de El Salvador es una institución muy pacífica y respetuosa de los derechos de las mujeres, considerando la enorme población que forma parte de la comunidad universitaria. Sin embargo, los datos presentados no son más que una mínima parte de una punta de un iceberg que no se termina de dimensionar debido al temor o desconfianza de muchas mujeres a denunciar las situaciones de violencia a las que son sometidas o, lo que es peor la cantidad de mujeres y hombres que ni siquiera tienen conciencia de la cantidad de violencia que se está generando en sus relaciones cotidianas, porque la han internalizado en su proceso de socialización como algo natural.

Para una persona observadora, solo basta dar una vuelta por el campus, escuchar reuniones de trabajo en algunas oficinas, reuniones de departamento, o de órganos de gobierno para escuchar expresiones misóginas o darse cuenta de como las participaciones de las mujeres, que son una minoría, son ignoradas o descalificadas por el simple hecho de venir de una mujer.

Con el fin de disminuir y en algún momento llegar a eliminar de las prácticas universitarias la violencia de género, es primordial que tanto hombres como mujeres tomen conciencia de las relaciones de violencia que se generan cotidianamente y de las leyes que protegen a las mujeres de ese tipo de violencia. También tienen que tener claras las instancias a las que pueden recurrir para obtener las ayudas respectivas tanto a nivel legal como psicológico u otros.

El Salvador: La necesidad de un debate científico y ético sobre salud sexual y reproductiva

Por. Julia Evelyn Martínez

La autora es economista feminista y profesora de la escuela de economía de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) de El Salvador.

En el año 1633 Galileo Galilei fue condenado por el Sagrado Oficio de la Iglesia Católica   por la publicación de su obra “Diálogo acerca de los dos sistemas principales del mundo: el tolemaico y el copernicano”,  en la que se adhirió  a la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico, que había sido declarada  en 1616 como herejía.  Treinta y tres años antes, el Sagrado Oficio había condenado a Giordano Bruno a ser quemado en la hoguera por  afirmar que el Universo era infinito y que el sol era apenas una estrella entre millones.

En el acta de acusación de Galileo se lee el siguiente párrafo: “ La doctrina de que la Tierra no se halla en el centro del universo ni está inmóvil sino  que gira, incluso en una rotación diaria, es absurda; es falsa desde el punto de vista psicológico y teológico y constituye, cuando menos, una ofensa a la fe”.

En un primer momento, el talante científico de Galileo se sobrepuso al miedo a la  inquisición y escribió un discurso de defensa en el que coloca a la ciencia y la razón por encima de los dogmas y la superstición. En un párrafo de este discurso se lee: “Se condena la doctrina que postula que la Tierra se mueve y el Sol está fijo, porque las Escrituras mencionan en muchos pasajes que el Sol se mueve y la Tierra permanece fija… Afirman los piadosos que las Escrituras no pueden mentir. Pero nadie negará que con frecuencia son abstrusas y su verdadero significado difícil de comprender; su importancia va más allá de las meras palabras. Opino que, en la discusión de los problemas naturales, no deberíamos empezar por las Escrituras, sino por los experimentos y las demostraciones”.

Sin embargo, meses después, cuando la hoguera se perfilaba como el posible desenlace de su enfrentamiento con el Vaticano, el pragmatismo se impuso  al espíritu científico de Galileo. Se retractó públicamente  y admitió que “habiendo sido amonestado por el Sagrado Oficio para que abandone por completo la falsa opinión de que el Sol se halla en el centro del universo y está inmóvil y de que la Tierra no ocupa el centro del mismo sino que se mueve… he sido… sospechoso de herejía, es decir, de haber manifestado y creído que el Sol es el centro del universo y está fijo, y que la Tierra no ocupa el centro del mismo sino que gira… Yo abjuro con toda sinceridad y con genuina fe, execro y detesto los mismos pecados y herejías y, en general, todas y cada una de las ofensas y sectas contrarias a la Santa Iglesia católica”.

Ciertamente Galileo corrió  mejor suerte que Gordiano Bruno, pero a cambio debió aceptar un deshonroso exilio en Florencia,  que si bien el permitió seguir investigado y desarrollado sus teorías, le condenó a vivir hasta el final de sus días con la certeza que la teoría heliocéntrica no estaba equivocada pero que tenía que mantener la boca cerrada para “no hacer olas”, ni cuestionar públicamente la posición de la iglesia.

Trecientos cincuenta años después, el Papa Juan Pablo II  informó al mundo que después de una investigación minuciosa se había tomado la decisión de  rehabilitar históricamente la vida y obra científica de Galileo, poniendo así punto final a este penoso pasaje de la historia de la relación entre religión y ciencia, que quedo así relegado a un simple  “malentendido que pertenece al pasado”.

En el dictamen de la Comisión del Vaticano que recomendó la rehabilitación de Galileo se señala que «la abjuración del sistema copernicano por parte de Galileo se debió esencialmente a su personalidad religiosa, que pretendía obedecer a la Iglesia aunque ésta estuviera en el error. Galileo no quería ser un hereje, no quería exponerse a la condenación eterna, y por tanto aceptó la abjuración para no pecar.» Es decir, que para la Comisión del Vaticano, la gran enseñanza de Galileo consistió en su decisión de abjurar de su teoría, no por creer que estaba equivocado, sino para no desobedecer a la Santa Madre Iglesia.

Muchas veces creemos que con la llegada de la Ilustración o del postmodernismo,  historias como las de Galileo Galilei pertenecen a un obscuro pasado, al cual la humanidad no podrá retroceder jamás. Otras veces, confiamos que los avances científicos y  la masificación de los medios de información y de comunicación en la era de la globalización representan la mejor garantía de que las sociedades no sucumban al  influjo  de la superstición y los mitos.

Sin embargo, en pleno siglo XXI se puede aún constatar en nuestro país como grupos de fanáticos/as religiosos/as imponen sus dogmas de fe como normas jurídicas, sociales y/o políticas a la cuales debe ajustarse la sociedad y la comunidad científica. Estos grupos  tienen el poder de enviar a la hoguera del desprestigio y del aislamiento social a cualquiera que intente cuestionar estos dogmas y/o sustituirlos por verdades científicas. Por eso, los partidos políticos, el Presidente de la República, los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia,  los medios de comunicación, los tanques de pensamiento  y hasta las universidades,  les temen, y están dispuestos a evitar a toda costa entrar en una abierta confrontación con ellos, aunque esto signifique renegar de la ciencia y/o de los derechos humanos.

Se dice que para muestra un botón. Tomemos como botón de muestra de este retorno al oscurantismo, la postura de la Jerarquía de la Iglesia Católica en torno a la prohibición del  uso de las métodos anticonceptivos de emergencia, (conocidos como “píldoras del día después”), cuyo uso podría evitar embarazos forzados en mujeres que han sido víctimas de violación o que han sido obligadas por sus parejas a mantener relaciones sexuales sin protección.

El uso de métodos anticonceptivos es una constante a lo lago de la historia de la humanidad  y su uso esta documentado en las grandes civilizaciones y culturas (Egipto, Grecia, Roma, China, etc.). Es decir, estos métodos no aparecen con el advenimiento de la “revolución sexual” de los años sesenta ni tampoco con la aprobación de instrumentos jurídicos relacionados con los  derechos  humanos de las mujeres. Se trata de un campo de investigación y desarrollo de la ciencia  en constante innovación, que ha permitido mejorar las condiciones de salud sexual y reproductiva de millones de mujeres y hombres en todo el mundo, y que hasta el advenimiento del neoconservadurismo y del neo integrismo en los años ochenta, no contaba con una oposición significativa de parte de sectores religiosos.

De acuerdo al Doctor Horacio Bruno Croxatto, considerado la máxima autoridad científica en materia de  investigación y desarrollo de métodos anticonceptivos de emergencia en el mundo, las píldoras anticonceptivas de emergencia (PAE) son solo  compuestos hormonales que actúan  en la fase pre-ovulatoria, es decir,  antes de la fecundación de un ovulo y de implantación  de un embrión en el útero, que es cuando científicamente se reconoce la existencia de un embarazo. Lo único que pueden hacer las PAE para impedir el embarazo es retardar  o inhibir  la ovulación, (impedir que el ovulo salga del ovario). Una vez que la ovulación ha ocurrido, las PAE no tienen ningún efecto. De allí la importancia de usarlas lo antes posible después de una relación sexual y no esperar “hasta el día después”.

Curiosamente,  una  gran parte de los cincuenta años de investigaciones del doctor Croxatto se realizaron en la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Por orden del Vaticano  fue separado en 1998 de su cátedra en dicha universidad, debido a sus investigaciones sobre las PAE y  por su postura a favor del derecho de las mujeres a la interrupción de un embarazo,  y se optó por recluirlo en el laboratorio relegado a la  posición de Investigador Asociado. Esto le brindó la oportunidad de profundizar en sus estudios sobre los posibles efectos abortivos de las PAE, tanto en animales como en mujeres. Finalmente fue despedido en el año 2006 por su defensa pública de la anticoncepción de emergencia y por haber declarado que las PAE  que utilizan el levonorgestrel  como principio activo no son  abortivas.  A diferencia de Galileo, el doctor Croxatto optó por aferrarse a la ciencia,  abjurar de su fe (renunció al Opus Dei y al catolicismo) y dedicar su vida y sus conocimientos a promover la salud reproductiva de las mujeres en el mundo.

Gracias a científicos como Horacio Croxatto es posible el  uso  las PAE  en países con leyes restrictivas a todas las formas de interrupción del embarazo (como El Salvador), en donde se ha convertido en una medida fundamental para el mantenimiento de la salud de las mujeres, en especial de aquellas que  han sido abusadas sexualmente y que se les niega el derecho a decidir libremente respeto a su maternidad. Muchos embarazos por violación o por sexo forzado pueden evitarse de esta manera, y con ello se puede prevenir   abortos en condiciones inseguras, suicidios de mujeres con embarazos forzados  y hasta asesinatos y/o  el abandono de recién nacidos/as. De allí la importancia que el personal médico que atiende a una mujer en este tipo de situaciones suministre estos AE como parte del protocolo obligatorio de atención.

Sin embargo, pese a esto,   ciertos sectores oscurantistas y sexofóbicos de la sociedad salvadoreña que cuentan con supremos  poderes ideológicos,  políticos, económicos y mediáticos, insisten en acallar y condenar estas verdades científicas (como lo hicieron en el pasado con la teoría heliocéntrica)  y  se afanan en sustituirlas por las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia, según la cual “la píldora del día después es abortiva”, para lo cual se basan en la doctrina de la Academia Pontificia para la Vida, según la cual las PAE impiden la anidación del óvulo fecundado en él útero, y con ello truncan la posibilidad de un embarazo”.

A partir de esta doctrina, la Academia Pontificia para la Vida ha hecho un llamado  a médicos y farmacéuticos a que «apliquen con firmeza la objeción de conciencia moral» y que testimonien «con valentía y con los hechos el valor inalienable de la vida humana, especialmente frente a nuevas formas subrepticias de agresión a los individuos más débiles e indefensos, como es el caso del embrión humano».  Este llamamiento significa que se nieguen a proporcionar PAE a mujeres que lo necesiten aún cuando las leyes del país les ordenen hacerlo y  peor aún, que se nieguen a proporcionarlas a sabiendas que  la salud y la vida de una mujer se pondrán en peligro por la no prevención de un embarazo. Los  miembros  del Opus Dei y de la Fundación Sí a a Vida en nuestro país  funcionan como caja de resonancia de esta doctrina de fe, y se encargan de divulgar mediante diversos medios y ante distintos públicos (especialmente adolecentes y jóvenes) la doctrina según la cual las PAE son abortivas y que no deben ser utilizadas, ni siquiera cuando una mujer ha sido víctima de una violación sexual.

Mientras esto sucede ante la indiferencia de la comunidad científica salvadoreña, un reciente estudio elaborado por investigadores/as de la OMS y del Instituto Gutmacher, publicado por la revista científica The Lancet el 19.01.2012,  advierte que pese a la disminución en la tasa  de abortos experimentada en los últimos años a nivel mundial, en América Latina los abortos están aumentando, especialmente los practicados en condiciones peligrosas para la salud y la vida de las mujeres: 32 por cada 1,000 mujeres. De acuerdo a este estudio, la tendencia al aumento en la tasa de abortos en la región  coincide con la aprobación de reformas legales para  prohibir todas las formas de interrupción voluntaria del embarazo, que a su vez han estado acompañadas de mayores obstáculos para el acceso de las mujeres a métodos anticonceptivos, en especial de las PAE.

Según esta investigación, la tendencia en América Latina contrasta con lo ocurrido en otras regiones y países en donde se ha despenalizado la interrupción del embarazo y se ha facilitado el acceso a métodos de planificación familiar, incluyendo las PAE. En Sudáfrica por ejemplo, que despenalizo el aborto desde 1997,  tiene la tasa de abortos más baja de todo el continente africano y ha logrado reducir la  mortalidad materna relacionada con abortos inseguros en un 91%. Otro caso es España, en donde a partir de la aprobación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva en 2010, se observó una leve reducción en el número de mujeres que decidieron terminar voluntariamente un embarazo.

Frente a esta evidencia,   se necesita que en El Salvador  se abra un debate sobre la salud sexual y reproductiva de las mujeres, que sea científico y ético al mismo tiempo. De lo contrario, miles de mujeres seguirán pagando con su salud y sus vidas, el costo de no hacer nada frente a la influencia de los fundamentalismos religiosos sobre las políticas públicas.  Por eso es urgente que la  comunidad científica salvadoreña salga del cómodo refugio en el que se encuentra, e ilumine las mentes y el conocimiento de quienes tienen en sus manos garantizar el  derecho a la salud de las mujeres, y en particular el de aquellas mujeres  que necesitan al menos prevenir un embarazo forzado.

En octubre de 2011, la Comisión Nacional de Bioética de El Salvador dio a conocer un comunicado  público en el cual hizo un llamado al debate abierto y pluralista de los problemas nacionales en diversos ámbitos relacionados con la bioética, incluyendo un “debate amplio, abierto e informado con respecto a la garantía de salud sexual y reproductiva y las políticas actuales de penalización del aborto”. Han transcurrido más de tres meses desde este comunicado, y las mujeres salvadoreñas siguen enfermando y muriendo por el irrespeto a su derecho a la salud y a la vida.

¿Podemos esperar que la comunidad científica salvadoreña se decida a  participar en este debate o es que como Galileo Galilei también optarán por callar para no terminar en la hoguera de los  inquisidores del siglo XXI?.

UES dedica Cátedra a las “Hermanas Mirabal y Prudencia Ayala”

Doctora Emma Polanco Melo, primera Mujer rectora de la “Primada de América”

Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana.  Fotografía: Roberto Genoves

En el marco de la inauguración de la Cátedra “Hermanas Mirabal y Prudencia Ayala” desarrollada el 31 de enero de 2019 en la UES, la Doctora Emma Polanco Melo, primera Mujer rectora de la “Primada de América” Universidad Autónoma de Santo Domingo, República Dominicana ofreció una conferencia sobre el legado de las Hermanas Mirabal, asesinadas el 25 de noviembre de 1960 por órdenes del dictador dominicano Rafael Leonidas Trujillo.

La cátedra organizada por el Centro de Estudios de Género de la UES se da en el marco del “Memorándum de entendimiento entre la Universidad de El Salvador y la Embajada de República Dominicana” y se concreta con el apoyo del grupo de estudio “Mujeres del Sur”, conformado por las académicas e investigadoras feministas Nidia Umaña, Ana María Minero, Silvia Matus, Candelaria Navas, Virginia Quintana e Irene Meléndez.

El objetivo de esta primera cátedra feminista en la Universidad de El Salvador es debatir sobre las luchas reivindicativas de las mujeres, la organización del movimiento de mujeres y feministas a nivel nacional e internacional que han sido un modelo para poder lanzar un trabajo a favor de los derechos de las mujeres salvadoreñas.

Los encuentros, abiertos a todo el público se desarrollaran una vez al mes con temáticas relacionadas a la situación de las mujeres en la economía, educación, política, derechos sexuales y reproductivos, derechos políticos, así como el arte, las comunicaciones y la cultura.

El nombre de la cátedra es en honor a Minerva, María Teresa y Patria Mirabal conocidas como «Las Mariposas», símbolo de la lucha feminista latinoamericana y de Prudencia, “asociada con la lucha de las mujeres salvadoreñas a poder elegir mujeres y emitir el sufragio también”, explica la Maestra Umaña. Prudencia Ayala es reconocida como la primera mujer que quiso ser candidata a la presidencia de El Salvador en 1930, aún sin ser reconocido el sufragio femenino.

Los temas de los encuentros han sido retomados “a partir de las fechas conmemorativas relacionadas con las luchas reivindicativas de las mujeres, lo que permite visibilizar y hacer una reflexión teórica y práctica política sobre dichos temas”, dice la coordinadora de la Cátedra Maestra Nidia Umaña.

 

 

Los cuentos de Hadas como construcción social e histórica: la cenicienta desde el género y la estratificación social

Por: Josefa Viegas. Licenciatura en Historia

finaviegas@hotmail.com

Escuela de Ciencias Sociales, Facultad de Ciencias y Humanidades.

 

La reciente visita de Concepción Bados a la Universidad de El Salvador desde la Universidad Autónoma de Madrid para hablarnos acerca de los cuentos de hadas y su reescritura sacó de la memoria y de algún archivo de la computadora una útil unidad didáctica para la sensibilidad con la inequidad de los roles de género.

La Doctora Bados nos relató su análisis acerca de los cuentos de hadas y sus protagonistas sumisas, bellas, puras, ¿rubias?, víctimas del mal pero que la vida de bien portadas les tiene un buen premio… el príncipe. Retomé gracias a ella una actividad de análisis histórico para el primer año de la Licenciatura en Historia sobre el cuento de La Cenicienta el cual comparto para que sea trabajado y adaptado en otras aulas.

Un cuento más para niñas que para niños que tiene una honda tradición popular y raíces históricas diferentes pero que  Charles Perrault a finales del siglo XVII (1697) y los Hermanos Grimm en el XIX (1812) se encargaron de poner por escrito y cuya versión cinematográfica más conocida es la de Disney en 1950.

Por la facilidad de lectura de los símbolos y mensajes el cuento de la Cenicienta constituye un vehículo muy interesante para la didáctica de la lectura y el análisis de fuentes primarias para la investigación histórica y de paso para la sensibilización acerca de la construcción de roles de género.

Los cuentos junto con toda la literatura escrita son para los historiadores e historiadoras  fuentes primarias valiosas para el análisis social ya que nos da idea de las visiones que tienen las sociedades que los crean o los recrean acerca de valores, personas, grupos que son narrados. El Cuento de La Cenicienta nos da idea de visiones diferentes acerca de la estratificación social por género y por estamento muy fácilmente distinguibles en el texto.

La Cenicienta nos trasporta a un mundo en transición, en la disputa entre una sociedad estamentaria donde prima el privilegio y una nueva sociedad de individuos, liberal en donde se pretende hacer valer el ascenso social por méritos. Este conflicto está personificado a partir de la Cenicienta, caracterizada como noble, privilegiada y vilipendiada por el nuevo mundo de las hermanastras y la madrastra representantes de la posibilidad de ascenso social.

El cuento escrito desde la óptica de la legitimación de la sociedad estamentaria pone ese mundo al revés al rebajar  a tareas no aptas para mujeres nobles como la limpieza y aseo de la casa a la protagonista.  Recordemos que a los miembros de la nobleza no se les permitía trabajar con las manos ya que se consideraban tareas propias del Tercer Estamento.  De esta manera se sitúa a la Cenicienta rebajada a una condición social propia de otro estamento, no apta para una noble, nacida noble.

Por otra parte el cuento tan conocido por todos y todas nos desvela también patrones acerca del buen comportamiento de mujeres y hombres. Está muy claro en la visión de la Cenicienta en donde la sumisión, la víctima, la pureza, la belleza son valores bien vistos para una excelente señorita noble.

La Cenicienta en ese sentido no se rebela ante las injusticias sino que espera ser elegida por un varón también de sangre azul, acorde a su condición, ella es pura, víctima, a la expectativa de ser salvada. Un símbolo particular es el del zapatito de cristal que sólo calza en el pequeñísimo pie de la protagonista… que a nadie se le escape el símbolo fetichista de la pureza y la sexualidad de las mujeres buenas.

A partir del análisis del cuento podemos observar la muy poca ingenuidad de los cuentos de hadas. En el mundo de ficción recreado en la Cenicienta existe toda una argumentación a favor de un mundo de privilegio y de sangre azul, dividido en los buenos y los malos, legitimando a la nobleza por nacimiento en contraposición a formas alternativas de considerar la sociedad. Al mismo tiempo se ofrece una legitimación de valores de género en el que las mujeres buenas reciben como premio el matrimonio, como fin último de condición de mujeres, único camino de las mujeres buenas.

A partir de la guía que comparto pueden trabajar con el alumnado acerca de estas construcciones sociales, desvelarlas y por qué no ofrecer alternativas posibles a cuentos que nos posicionan a las mujeres en el espacio privado, como complemento de un hombre, varón, sumisas, a la expectativa de que el príncipe no se convierta en rana… ay no, pero ese ya es otro cuento.

GUÍA PARA TRABAJAR CON ALUMNADO

Prof. Josefa Viegas

Los cuentos de Hadas como construcción social e histórica: La cenicienta

La Cenicienta es un personaje de un cuento de hadas del cual existen varias versiones, tanto orales como escritas. Charles Perrault (1697) y los Hermanos Grimm (1812) escribieron versiones escritas de las versiones populares. En 1950 Disney realizó un largometraje donde se difundió la versión más conocida en América.

Un cuento de hadas es una historia ficticia que puede contener personajes fantásticos —tales como hadas, duendes, elfos, brujas, sirenas, troles, gigantes, gnomos y animales parlantes así como encantamientos— normalmente representados en una secuencia inverosímil de eventos. Los personajes son “arquetípicos”, es decir, se corresponden a una concepción modélica a seguir, con unas características fijas; por ejemplo la niña buena, la madrastra mala, el príncipe valiente.

Los cuentos de hadas, aunque historias ficticias y fantásticas, nos dan idea de códigos de conducta y comportamiento de la sociedad que lo asume, para quienes van dirigidos, de qué es lo que es aceptable o no, lo que está bien o está mal, lo que es bueno o malo. Estos cuentos fueron dirigidos a las educación de las niñas nobles para instruirlas en el buen ser.

Los cuentos de hadas como toda la literatura incluyendo las narraciones orales constituyen también fuentes primarias para el análisis histórico. Nos da idea de lo que un grupo social piensa de cómo deben ser los comportamientos correctos e incorrectos y en definitiva nos ofrecen una visión del mundo a partir de un lenguaje fácil de comprender y unos símbolos sencillos de resolver.

En esta ocasión vamos a analizar el cuento de La Cenicienta para ello sigue la guía de preguntas para poder interpretar los mensajes “ocultos” del texto contado a niños y a niñas por muchas generaciones.

  1. LOS PERSONAJES:

Los personajes de los cuentos de hadas normalmente no tienen nombres propios salvo alguno que se considere fundamental. Al contrario, son nombrados por su relación con la protagonista o por una característica propia. Los personajes son estereotipados, y además “representan” modelos a seguir o a no seguir en función de sus valores, comportamientos y acciones. Aquí tienes los principales personajes del cuento, te invitamos a describirlos y a analizarlos.

  1. a)      La Cenicienta
  2. b)      La Madrastra
  3. a)      Las Hermanastras
  4. b)      El Príncipe
  5. c)      El Padre de Cenicienta
  6. d)      El Hada Madrina

AYUDA: Estos elementos te pueden ayudar a describirlos

En cuanto a su belleza o fealdad

En cuanto a sus acciones: acción-sumisión

En cuanto a sus cualidades: bondad o maldad

En cuanto a su naturaleza: reales o fantásticos

Otras características que desees resaltar

CONCLUSIÓN:

  1. LA HISTORIA NARRADA:

Todas los cuentos de hadas tienen una narración muy sencilla, están contados en pocos pasos: una presentación (se exponen los personajes y sus características), un nudo (surge un problema) y un desenlace (ocurre un final feliz donde el bien triunfa sobre el mal). Presenta el cuento de Cenicienta de esa manera:

  • Presentación:
  • Nudo:
  • Desenlace:
  1. a)      ¿A quiénes va dirigida la historia de Cenicienta?
  2. b)      Para los chicos: ¿cuál es el mensaje del cuento?
  3. c)      Para las chicas: ¿cuál es el mensaje del cuento?
  4. d)      Cenicienta recibe un premio al final del cuento: ¿cuál es?

CONCLUSIÓN:

  1. LA CENICIENTA PARA EL ANÁLISIS HISTÓRICO:

El cuento de la Cenicienta se fijó tal y como lo conocemos durante el siglo XIX proveniente de la tradición popular. Se cambiaron algunos elementos porque las destinatarias eran las jóvenes nobles.

Es un mundo en transformación donde el mundo de la nobleza está en peligro por la Ilustración y la construcción de un estado desde el punto de vista burgués, es decir, se disputa entre la sociedad de Antiguo Régimen (estratificación estamentaria, según el nacimiento de la persona) y la sociedad por clases (estratificación por clase, según las propiedades que posee el individuo).

Los personajes del cuento tienen una caracterización en relación a esta transición de una sociedad a otra, donde conviven valores de una y otra. Identifica a los personajes de una y otra y describe cómo son cada uno de ellos. Te damos una pista.

SOCIEDAD ESTAMENTARIA

Personajes miembros de la nobleza

La Cenicienta

SOCIEDAD POR CLASES

Personajes miembros de la burguesía

¿El autor del cuento está escribiendo a favor de qué tipo de sociedad? Justifica tu respuesta.

CONCLUSIÓN:

  1. SÍMBOLOS.

En todos los cuentos se manifiestan unos símbolos que tienen un significado concreto, social e histórico para los miembros de esa sociedad. Te invito a que pienses en el significado de éstos símbolos:

  1. a)      El zapato de la Cenicienta
  2. b)      El Hada Madrina
  3. c)      La fealdad de la madrastra y las hermanastras
  4. d)      La belleza de Cenicienta
  5. e)      El príncipe azul de los cuentos
  6. f)       Cenicienta es obligada a limpiar y lavar la casa

CONCLUSIÓN:

  1. PARA FINALIZAR….

Para finalizar te invito a que escribas otro final del cuento. Te doy unas sugerencias:

-Cenicienta no se deja maltratar y se marcha de casa.

-Cenicienta elije a otra persona para casarse.

-Al príncipe le gusta una de las hermanastras.

-El rey, padre de Cenicienta, vuelve de la guerra.

-La madrastra y las hermanastras no son malas.