Cómo celebrar el 10 de mayo

Por: Sonia Rivera y Roselia Núñez

En Mayo, además del día de la madre se conmemora el día mundial por la salud de las mujeres, cuyo centro es la salud reproductiva. Mientras la celebración del día de la madre goza de una promoción insuperable, el día mundial de la salud de las mujeres no tiene ese respaldo ni social ni simbólico.

Presentamos una entrevista realizada a la Licenciada Candelaria Navas ara comentar sobre el rol que históricamente ha sido asignado por la sociedad a las mujeres en cuanto al punto de la maternidad  nos acompaña la Licenciada Candelaria Navas, investigadora y docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad de El

Salvador.

A qué se debe el poco reconocimiento hacia la salud de las mujeres?

El 10 de mayo conlleva mucha ideologización y propaganda para el comercio, qué tal si decimos: “hoy 10 de mayo, no me paro, es mi día”,  sería un paro laboral de un trabajo que no se ve.

Pero por qué pasa eso?

Hay que ver las raíces de las situaciones sociales que vivimos. Se dice que las mujeres por ser mujeres y madres, somos las responsables de manera natural del cuido,  crianza y protección de las hijas e hijos, etc., Pero esto ocurre por falta de información.

En los 80 aún no se tenía claro eso y es en esa década que unas investigadoras comenzaron a establecer que en la vida de hombres y mujeres existe la esfera pública y la privada, trabajo reproductivo y no reproductivo, remunerado y no remunerado.  Así también se empezó a investigar sobre los roles de hombres y mujeres dentro de la familia, allí empezaron investigaciones sobre familia y trabajo doméstico, se analizó yendo a las raíces de las causas del porque  las mujeres de manera natural tenían que asumir determinados roles.

Se comprobó lo que Simone de Beauvoir en los 40 ya había dicho en su libro “El Segundo Sexo que la mujer no nace, se hace”, y eso, ¿qué quiere decir? que hombres y mujeres no nacemos aprendidos, nos construimos socio culturalmente, de acuerdo a la sociedad en que nos tocó nacer y de acuerdo al momento histórico.

A los hombres les enseñan a estar en la vida pública, mientras que a las mujeres en la vida privada. En ese sentido, cualquier mujer en nuestro medio, si a los 27 años no es madre no es nada, si no ha tenido hijos empieza a ser cuestionada, y también ocurre cuando se casa y por opción personal no tiene hijos, mientras que un hombre si no es padre a los 27 años, no importa.

Agreguemos a esto los estereotipos y mitos alrededor de la maternidad y de los hijos, ya que si nacen varones, la madre se ganó la gallina, contrario a si nace niña.

Estudiantes de la carrera de Sociología fueron al campo y descubrieron que las parteras ganan 15 dólares cuando es niño y 10 cuando es niña, lo cual indica que los trabajos no valorados e invisibles, como el doméstico, no tiene pago, no se ve y lo realizan las personas de menor valor en la sociedad.

Háblenos de las tipologías de familias en El Salvador

Desafortunadamente las instancias relacionadas con la familia a nivel estatal, específicamente la Secretaría de la Familia ha hecho una sola investigación y no ha habido otra y se ha quedado con una idea de familia tradicional, que es la que se reproduce y es la constituida por mamá, papá e hijos y desde el 91 a esta fecha puedo decir que las familias han sufrido una serie de transformaciones y ahora encontramos una tipología inmensa de familia.

Antes de la guerra ya había migración, pero se intensifica después de los acuerdos de paz, y en este marco encontramos una nueva tipología de familia, que es la transnacional, conformada por los miembros que se van y los que se quedan.  Quién se queda a cargo, generalmente es la abuela, cuando la mamá migra, esa conformación de miembros también son familia, la abuela con sus nietos…una tipología muy extendida en el país. Pero, cuándo una familia es integrada, cuando está el papá, mamá, hijas e hijos.  Y quién define es integración, qué elementos la determinan.

Si seguimos hablando de tipología, encontramos la nuclear, la tradicional, la monoparental, transnacional, extensa, la familia gay.

Pero, qué pasa sobre el papel de la familia en la socialización de niñas y niños?

De acuerdo a la socialización, a las mujeres se les atribuye el rol de cuido, ¿qué es lo que hacen las mujeres al interior del hogar? Cuidan a las hijas, y los hijos, a las personas enfermas, de tercera edad.  Incluso se dice que el amor de la madre es desinteresado, lo cual le da una dimensión moral y emocional.  El trabajo del cuido es un trabajo invisible y no remunerado que también alivia la economía.  y qué pasa el día de la madre,  reproducimos los roles domésticos, si no, revisemos los regalos que se promueven: cacerolas, licuadoras, planchas…en fin, son reconocimientos sublimes de este rol. La crianza y el cuido deberían ser compartidos con todos los miembros del hogar, pero no es así.

El trabajo del hogar, en el marco de la esfera privada está adscrito social y culturalmente a las mujeres de la casa, mientras que el trabajo fuera de la casa, a los varones.  Martín Baró decía que la familia es puerto y cárcel de las mujeres salvadoreñas, porque él analiza qué es un punto de llegada en tanto que todas las mujeres aspiran tener un hogar, un compañero e hijos, lo cual se les convierte en una cárcel a la vez, porque el asumir las tareas del hogar, le impide desarrollarse.

Desde el movimiento feminista hay diferentes posturas sobre la maternidad, una de las más radicales rechaza la maternidad por considerarla una forma de subordinación de la mujer y falta de autonomía.  Qué nos dice al respecto?

El control de nuestra sexualidad, sirve para la maternidad, para vivir plenamente la vida o para estar continuamente criando hija e hijos. Tengo varias amigas feministas que optaron por no tener hija e hijos, y es una opción; a partir de allí podemos ser autónomas e independientes.

El trabajo productivo recibe pago, pero el reproductivo no, y hasta es invisible, las mismas mujeres se consideran improductivas cuando se les pregunta al respecto. Mujeres y hombres debemos tomar conciencia del aporte de las mujeres en la economía familiar, la división sexual o genérica del trabajo, es importante reconocer que el trabajo reproductivo de las mujeres aporta al desarrollo del país.

Han cambiado los roles de género a partir del trabajo de los movimientos feministas?

Sí hay cambios, sobre todo en las nuevas generaciones; ya he visto estudiantes hombres que traen tiernos cargándolos ellos.  En la legislación también hay cambios, hay pocas mujeres que saben que en el código de familia hay un artículo que contempla que aquellas mujeres que no tienen trabajo productivo, su trabajo doméstico es el aporte a la familia, y es reconocido como aporte.

Pero ha sido bien difícil que la DIGESTYC incorpore ese elemento al hacer los censos, entonces es importante informar sobre los valores tradicionales, la división genérica del trabajo; necesitamos conocer, valorar, dignificar el trabajo que las mujeres hacemos, tratar de no reproducir estos patrones culturales.

Cuál es la mejor forma de celebrar el 10 de mayo?

No aceptar regalos de tipo doméstico, llegar a acuerdos familiares que a partir del 11 de mayo el trabajo doméstico se va a socializar. Hay que apuntar a la visibilización del trabajo doméstico, del cuido, hay que hacer estudios sobre quiénes cuidan a las niñas, niños y ancianos.  A partir del 11 de mayo debe comenzarse ya un pacto social al interior de la familia en que el trabajo doméstico sea distribuido entre hombres y mujeres.

UES presenta propuesta de “instructivo para la Atención de casos de Violencia de Género”

“Soy un aliado, un soldado más en esta lucha”, dijo el rector de la UES, Roger Armando Arias ante la petición de feministas universitarias de sumarse enérgicamente a la defensa de los derechos de las mujeres, como lo ha hecho por el tema del agua.

Redacción y fotografías: Roselia Núñez

El Centro de Estudios de Género de la Universidad de El Salvador (CEG-UES), ente rector de la Política de Equidad de Género socializó con representantes de asociaciones de mujeres, feministas universitarias  y población LGBTI la propuesta de un “Instructivo para la Atención de casos de Violencia de Género”, elaborado por la Comisión de Género de  la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales del alma mater.

Previo a la presentación, el rector de la UES Roger Armando Arias expresó su “compromiso y lucha férrea en contra de cualquier tipo y expresión de violencia contra las mujeres”.  En los últimos días dijo, “hemos estado sonando en la prensa producto de algunos señalamiento específicos sobre violencia de género y esto ha hecho que como Universidad redoblemos el trabajo en la elaboración de manuales e instrumentos que permitan darle por una lado la prevención y por otro lado, la atención  las víctimas”.

Con este instructivo se busca “atender  a corto plazo las denuncias por acoso sexual y cualquier otro tipo y expresión de violencia de género comprendidas en la Ley Especial Integral para una Vida libre de Violencia contra las Mujeres”, recalcó la Maestra Diana Merino, quien hizo la presentación del documento junto a la Licenciada Karla Ponce, ambas profesionales pertenecen al Comité de Género de la Facultad de Jurisprudencia y Ciencias Sociales.

La máxima autoridad del alma mater, también se refirió a los señalamientos de la prensa  que “maliciosamente ha criticado que no se ha hecho nada” sobre los casos de denuncia por acoso.  En ese marco explicó hasta dónde llega su papel como rector de la Universidad y dijo además que no tiene “potestad sobre las juntas directivas” de cada facultad.

La Universidad está conformada por doce facultades, cada una con su propio gobierno; decanato y Junta Directiva, dijo.  El personal académico y estudiantil  de esa facultad depende jerárquicamente de la Junta Directiva, mientras que  el personal administrativo depende del decanato”.   La rectoría “solo tiene potestad sobre el personal administrativo adscrito en oficinas centrales, no en las facultades”.

En ese sentido, manifestó su interés en que haya una modificación en el Reglamento Disciplinario de la UES que se limita a una sola expresión de violencia de género; el acoso sexual, pero hay múltiples expresiones de violencia que no están tipificadas en el reglamento disciplinario.  “Hay que hacer una ampliación de las distintas expresiones de violencia y posteriormente someter (la propuesta de reforma del Reglamento disciplinario) a la Asamblea General Universitaria lo cual va a permitir que las Juntas Directivas, Decanatos y la Rectoría puedan actuar más expeditamente”.

Entre las observaciones hacia el documento por parte de quienes acudieron a esta primera convocatoria, están la de modificar y armonizar las leyes universitarias con las nacionales a favor de las mujeres, así como el compromiso institucional de quienes forman parte de la comunidad universitaria, ya que el avance de estos temas está vinculado a la voluntad política, dijeron.

El instrumento presentado el 10 de septiembre de 2018, forma parte del Plan de Trabajo 2017-2019 del CEG-UES-ISDEMU y Referentes de Género de las diferentes facultades que  comprende en sus estrategias “disminuir los índices de violencia contra las mujeres y de género en la UES” y entre sus acciones “elaborar un instrumento para atender casos de violencia de género”.

En los próximos días se hará una segunda convocatoria para desarrollar talleres de consulta para seguir ampliando las opiniones sobre este instrumento que busca de manera consensuada encontrar un mecanismo eficaz y eficiente para atender los casos de violencia de género en el alma mater.

Las mujeres nos atrevemos…

Por: Patricia Castro Fuentes, docente de la carrera de Antropología de la UES.

La larga y constante lucha que tantas y diferentes mujeres han emprendido en determi­nados momentos de la histo­ria y en distintas regiones del mun­do, han allanado el camino para que cada vez más mujeres se incorporen a la vida pública y puedan acceder a los espacios que por años han perte­necido a los hombres.

Por esa razón al revisar la histo­ria desde los lentes del feminismo, encontramos a muchas mujeres que han destacado en política, ciencias, artes, deportes y en la academia; sin embargo son invisibilizadas, y sus aportes son conocidos de manera parcial y minimizados por la socie­dad androcéntrica y patriarcal en la que vivimos.

Así, mujeres tan valiosas como Hipatia, Olimpia de Gouges, La Malinche, Sor Juana Inés de la Cruz, Frida Kahlo, Simone de Beauvoir Virginia Wolf, Gabriela Mistral, Rigoberta Menchú, Prudencia Aya­la, María Isabel Rodríguez, Ana Cristina López, por citar solamente algunas, han sido reconocidas lue­go de una ardua lucha por ganar espacios dentro de una sociedad que valora y tiene como medida de todas las cosas a los hombres.

De ahí que poco a poco, a través de los años las mujeres se han in­corporado a las universidades y con ello, han logrado grandes cambios y avances en la construcción de una sociedad más justa y equitativa en la que mujeres y hombres gocemos de los mismos derechos en igualdad de condiciones.

Las nuevas gene­raciones de mujeres debemos visibilizar a las primeras mujeres que accedieron a la educación superior en este país y desem­polvar los archivos de la UES para dar a conocer los nombres de esas mujeres que sin duda alguna, ven­cieron grandes obs­táculos para lograr su sueño.

Las primeras mujeres universitarias

Pasaron más de cuarenta años des­de la fundación de la UES en 1841, única universidad pública de este país; para que ingresara como estudiante una mujer. De esta manera, Antonia Navarro Huezo, sentó un precedente en la historia académica de El Sal­vador y Centroamérica al graduarse de Ingeniera Topógrafa en septiem­bre de 1889 y convertirse así, en la primera mujer salvadoreña en obte­ner un título universitario.

Datos del Archivo Central de la UES indican, que fue hasta el año de 1924 que otra mujer, Carlota Estévez, de origen guatemalteco obtiene el título de Doctora en Ci­rugía Dental.

En esa misma Facultad, en el año de 1938 se graduó Bertha Or­belina Gonzáles, en cuyo expe­diente se muestra la constancia de conducta intachable que el Alcalde de su domicilio extendió para que fuera presentado como requisito de ingreso a la citada Facultad. Pero al revisar los expedientes de los estu­diantes hombres de ese mismo año, tal constancia no era un requisito para ellos.

Es claro que hasta mediados del siglo pasado las mujeres que ingre­saron a la UES no sólo fueron muy pocas sino que además cumplie­ron requisitos “extras” que a sus pares hombres no les exigían, por consiguiente se puede intuir que el ambiente estudiantil de la época no alentaba a que más mujeres se inscribieran.

Hay grandes saltos de tiempo entre una y otra graduada y entre una y otra Facultad. De esta mane­ra, fue hasta 1932 que la Facultad de Química y Farmacia graduó a Esperanza Sofía Alvarenga como la primera mujer Doctora en Química y Farmacia; y es hasta 1945 que la Facultad de Medicina doctoró a la primera mujer: Stela Gavidia de Grabowski.

En el año 1952 la Facultad de Ju­risprudencia otorgó el grado de Doc­tora en Jurisprudencia y Ciencias Sociales a María Elena Barriere.

En la Facultad de Ciencias y Humanidades, fue en 1957 que Ma­ría Luisa Chenivesse se Licenció de Ciencias de la Educación y según el expediente de graduación de esa facultad, en ese mismo año también obtuvo el título de Licenciada en Filosofía.

A partir de la década de los 60 y 70 del siglo pasado, más muje­res ingresan a la UES, pero siguen siendo muy pocas en relación a los hombres que ingresaban y se gra­duaban.

Así en 1964, Clelia Castellón Juárez obtiene el título de Licen­ciada en Letras. En 1965, Carmen Dalia de Suárez en periodismo y en 1966 Leticia Calderón Alférez como psicóloga. En ese mismo año, Tula Querubina Henríquez de Paredes se gradúa como Licenciada en Ciencias Sociales y Ana Cristina Hinds de Narváez como arquitecta.

Estas y otras mujeres que han sido las primeras en las aulas de sus facultades y que se enfrentaron a un mundo dominado por hombres, son parte de nuestra historia y son parte de ese grupo que a fuerza de su tesón y esfuerzo prepararon el camino para que hoy por hoy en las aulas de la UES, las mujeres sea­mos mayoría.

Pero, cuando se trata de optar a cargos de decisión, la cuestión se invierte radicalmente, ya que son más los hombres que ejercen la do­cencia superior y por tanto más los que acceden a cargos de dirección, ya sean estos decanatos, vicerrecto­rías, rectoría y otros.

Esto sólo muestra que si las mujeres han tenido que esforzar­se por hacer las cosas bien como universitarias, cuando se trata de optar y competir por obtener y es­calar puestos de dirección, la lucha implica además, competir en con­diciones desiguales, ya que estos espacios están dominados y hechos por y para hombres.

Esto significa que la sociedad no ha creado las condiciones para que las mujeres se desprendan de su doble o triple función como madres, trabajadoras y adminis­tradoras de los espacios domésti­cos, por el contrario; las mujeres que acceden a cargos de dirección tienen, además de cumplir con las obligaciones que su cargo les im­pone, con las que su rol de género les asigna.

 Primera Decana

Al revisar los registros de go­biernos universitarios, encontra­mos que es hasta 1967 que una mu­jer ocupa el cargo de Decana de la Facultad de Medicina y es hasta el año de 1999 que una mujer llega a la Rectoría de esta Universidad.

En ambos casos esa mujer es la Doctora María Isabel Rodríguez, cuya trayectoria académica y cien­tífica ha sido reconocida nacional e internacionalmente con los Doc­tortados Honoris Causa de las uni­versidades de Guadalajara, UCA de El Salvador, Nacional de Córdoba, Argentina y San Carlos de Guate­mala.

Así como las más altas distin­ciones como la Orden de la Legión de Honor de Francia, El Águila Az­teca de México y la Orden Gabriela Mistral de Chile, entre otros.

Presidenta de la AGU

En la Asamblea General Uni­versitaria (AGU) es hasta el año de 1995 que la Licenciada Glendy Ruth Araniva, representante del sector docente, logra la presidencia de ese organismo y es hasta el año 2007, que la Doctora Claudia Iveth Cerna, representante del sector profesional no docente es electa presidenta del mismo organismo.  Diez años después otra mujer logra llegar a la presidencia de la AGU (período 2017-2019), la Licenciada Josefina Sibrián de Rodríguez, representante del sector docente.

 

Decanas

En el caso de los Decanaturas, en la Administración de la UES 2003-2007, de doce Fa­cultades, solamente cuatro fueron ocupados por mujeres.  En la ad­ministración 2007-2011 solamente la Facultad de Medicina fue dirigida por una mujer, al igual que en período 2011-2015 que solo la Facultad de Química y Farmacia fue dirigida por una mujer.  Para el 2015-2019, tres de las doce decanaturas son dirigidas por mujeres.

En suma, cuando se trata de es­tar en la dirección de espacios las posibilidades se estrechan, pero queda demostrado que las mujeres se atreven a romper con lo estable­cido para lograr mejores condicio­nes; queda claro, además, que ven­cen obstáculos y derriban barreras a veces impenetrables que dan pie a que más mujeres nos atrevamos a romper con las ataduras del patriar­cado y comencemos a dar valor a nuestro trabajo y al trabajo de otras mujeres.

Ahora como producto de esas luchas, es común ver a las muje­res en las universidades, dirigiendo empresas, ocupando cargos públi­cos como presidentas, diputadas, alcaldesas o ejerciendo como médi­cas, ingenieras, físicas, economis­tas y astronautas, entre otras profe­siones.

Además, salimos solas a fiestas y podemos decidir con quién casar­nos y hasta si queremos tener o no hijas e hijos. Pero todas esas liber­tades de las que ahora gozamos, los derechos que ahora podemos hacer valer y los espacios públicos a los que podemos acceder, son el resul­tado de una larga lucha de mujeres valientes, decididas y visionarias, que se atrevieron a transgredir las normas establecidas y a dar la ba­talla en la lucha por demostrar que las diferencias entre hombres y mu­jeres son el resultado de procesos de socialización y no un Mandato divino.

Factores sociales y comunitarios condicionan que mujeres y hombres accedan a la Ingeniería Eléctrica o Mecánica

Redacción: Roselia Núñez

Factores sociales y comunitarios, así como familiares y educativos, son algunos de los condicionantes de género que influyen en que mujeres y hombres opten o desistan por estudiar o ejercer la docencia en carreras como las ingenierías eléctrica o mecánica, tradicionalmente estudiadas por hombres.

Así lo revela la investigación Factores de género condicionantes del ingreso y permanencia, en el estudiantado y profesorado de las ingenierías eléctrica y mecánica de la UES. Acciones para la igualdad», presentada por la Red de Investigadoras de la Universidad de El Salvador en el VII Seminario Internacional de Género desarrollado en Honduras del 6 al 8 de mayo de 2019.

«Históricamente la presencia de mujeres en las llamadas ciencias duras ha sido limitada, lo que se explica por la prevalencia y reproducción del sistema patriarcal y machista, que recae sobre el cuerpo de las mujeres y determina su participación en el espacio público y privado», explica la Maestra Ángela Rodríguez, coordinadora de la Red de Investigadoras de la UES.

Para el Ciclo I – 2019, la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UES tiene un total de 5 mil 995 persona inscritas, de ellas 1 mil 798 son mujeres (30.0%) y 4 mil 197 hombres (70.0%), la brecha se profundiza en las ingenierías mecánica y eléctrica, ya que la participación de mujeres inscritas es apenas de 11.95% y 8.27% respectivamente. Para ese mismo ciclo labora un total de 25 profesionales, sumando las dos escuelas, de ese total solamente se tiene a una mujer como profesora a tiempo completo.

El ingreso de mujeres a las ingenierías eléctrica y mecánica de acuerdo al estudio, está determinada por la percepción estereotipada que la sociedad tiene sobre dichas carreras, originada en la familia y reproducida por el sistema educativo, los medios de comunicación, la iglesia entre otros, espacios que condicionan y ubican a las mujeres en tareas relacionados con el cuidado, por tanto el percepción de creer que estas ingeniarías son solo para hombres, obedece a la idea errónea que las “mujeres no pueden andar subidas en los postes, o andar solas en los terrenos” o “estar en un ambiente grasoso de talleres, donde solo hay hombres y se usa un lenguaje no apropiado para las mujeres”.

Llegar a estos resultados fue posible con información recogida en grupos focales y entrevistas en la que participaron estudiantes y profesorado de las dos ingenierías y autoridades de las ingenierías eléctrica y mecánica y de la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UES.

A partir de esta investigación, la Red ha diseñado acciones de mejora con el objetivo de contribuir a la reducción de las brechas de género en particular de las carreras de ingenierías eléctrica y mecánica y en general de toda la Universidad.

Entre los primeros resultados, está la elaboración de una Guía Básica de Lenguaje Inclusivo, cuyo propósito es facilitar el uso de un lenguaje inclusivo desde las comunicaciones internas y externas que se generen desde la Facultad de Ingeniería y Arquitectura de la UES, de igual manera se tiene una propuestas para el desarrollo de acciones orientadas a la sensibilización, formación y profesionalización sobre el tema de género, feminismo y nuevas masculinidades.

Ésta es la segunda investigación que realiza la Red de la Universidad de El Salvador. La primera la desarrolló en 2018 con el título “La Universidad de El Salvador como espacio de reproducción de la Violencia de Género».

La UES forma parte de esta red desde 2017 que en la actualidad participan 53 Universidades de América Latina, El Caribe y Alicante, España. La de investigadoras de la UES para el 2019 la conforman profesionales del Centro de Estudios de Género, Facultades de Ciencias Económicas, Jurisprudencia y Ciencias Sociales y Bienestar Universitario.