El Salvador: La necesidad de un debate científico y ético sobre salud sexual y reproductiva

Por. Julia Evelyn Martínez

La autora es economista feminista y profesora de la escuela de economía de la Universidad Centroamericana “José Simeón Cañas” (UCA) de El Salvador.

En el año 1633 Galileo Galilei fue condenado por el Sagrado Oficio de la Iglesia Católica   por la publicación de su obra “Diálogo acerca de los dos sistemas principales del mundo: el tolemaico y el copernicano”,  en la que se adhirió  a la teoría heliocéntrica de Nicolás Copérnico, que había sido declarada  en 1616 como herejía.  Treinta y tres años antes, el Sagrado Oficio había condenado a Giordano Bruno a ser quemado en la hoguera por  afirmar que el Universo era infinito y que el sol era apenas una estrella entre millones.

En el acta de acusación de Galileo se lee el siguiente párrafo: “ La doctrina de que la Tierra no se halla en el centro del universo ni está inmóvil sino  que gira, incluso en una rotación diaria, es absurda; es falsa desde el punto de vista psicológico y teológico y constituye, cuando menos, una ofensa a la fe”.

En un primer momento, el talante científico de Galileo se sobrepuso al miedo a la  inquisición y escribió un discurso de defensa en el que coloca a la ciencia y la razón por encima de los dogmas y la superstición. En un párrafo de este discurso se lee: “Se condena la doctrina que postula que la Tierra se mueve y el Sol está fijo, porque las Escrituras mencionan en muchos pasajes que el Sol se mueve y la Tierra permanece fija… Afirman los piadosos que las Escrituras no pueden mentir. Pero nadie negará que con frecuencia son abstrusas y su verdadero significado difícil de comprender; su importancia va más allá de las meras palabras. Opino que, en la discusión de los problemas naturales, no deberíamos empezar por las Escrituras, sino por los experimentos y las demostraciones”.

Sin embargo, meses después, cuando la hoguera se perfilaba como el posible desenlace de su enfrentamiento con el Vaticano, el pragmatismo se impuso  al espíritu científico de Galileo. Se retractó públicamente  y admitió que “habiendo sido amonestado por el Sagrado Oficio para que abandone por completo la falsa opinión de que el Sol se halla en el centro del universo y está inmóvil y de que la Tierra no ocupa el centro del mismo sino que se mueve… he sido… sospechoso de herejía, es decir, de haber manifestado y creído que el Sol es el centro del universo y está fijo, y que la Tierra no ocupa el centro del mismo sino que gira… Yo abjuro con toda sinceridad y con genuina fe, execro y detesto los mismos pecados y herejías y, en general, todas y cada una de las ofensas y sectas contrarias a la Santa Iglesia católica.”

Ciertamente Galileo corrió  mejor suerte que Gordiano Bruno, pero a cambio debió aceptar un deshonroso exilio en Florencia,  que si bien el permitió seguir investigado y desarrollado sus teorías, le condenó a vivir hasta el final de sus días con la certeza que la teoría heliocéntrica no estaba equivocada pero que tenía que mantener la boca cerrada para “no hacer olas”, ni cuestionar públicamente la posición de la iglesia.

Trecientos cincuenta años después, el Papa Juan Pablo II  informó al mundo que después de una investigación minuciosa se había tomado la decisión de  rehabilitar históricamente la vida y obra científica de Galileo, poniendo así punto final a este penoso pasaje de la historia de la relación entre religión y ciencia, que quedo así relegado a un simple  “malentendido que pertenece al pasado”.

En el dictamen de la Comisión del Vaticano que recomendó la rehabilitación de Galileo se señala que «la abjuración del sistema copernicano por parte de Galileo se debió esencialmente a su personalidad religiosa, que pretendía obedecer a la Iglesia aunque ésta estuviera en el error. Galileo no quería ser un hereje, no quería exponerse a la condenación eterna, y por tanto aceptó la abjuración para no pecar.» Es decir, que para la Comisión del Vaticano, la gran enseñanza de Galileo consistió en su decisión de abjurar de su teoría, no por creer que estaba equivocado, sino para no desobedecer a la Santa Madre Iglesia.

Muchas veces creemos que con la llegada de la Ilustración o del postmodernismo,  historias como las de Galileo Galilei pertenecen a un obscuro pasado, al cual la humanidad no podrá retroceder jamás. Otras veces, confiamos que los avances científicos y  la masificación de los medios de información y de comunicación en la era de la globalización representan la mejor garantía de que las sociedades no sucumban al  influjo  de la superstición y los mitos.

Sin embargo, en pleno siglo XXI se puede aún constatar en nuestro país como grupos de fanáticos/as religiosos/as imponen sus dogmas de fe como normas jurídicas, sociales y/o políticas a la cuales debe ajustarse la sociedad y la comunidad científica. Estos grupos  tienen el poder de enviar a la hoguera del desprestigio y del aislamiento social a cualquiera que intente cuestionar estos dogmas y/o sustituirlos por verdades científicas. Por eso, los partidos políticos, el Presidente de la República, los Magistrados de la Corte Suprema de Justicia,  los medios de comunicación, los tanques de pensamiento  y hasta las universidades,  les temen, y están dispuestos a evitar a toda costa entrar en una abierta confrontación con ellos, aunque esto signifique renegar de la ciencia y/o de los derechos humanos.

Se dice que para muestra un botón. Tomemos como botón de muestra de este retorno al oscurantismo, la postura de la Jerarquía de la Iglesia Católica en torno a la prohibición del  uso de las métodos anticonceptivos de emergencia, (conocidos como “píldoras del día después”), cuyo uso podría evitar embarazos forzados en mujeres que han sido víctimas de violación o que han sido obligadas por sus parejas a mantener relaciones sexuales sin protección.

El uso de métodos anticonceptivos es una constante a lo lago de la historia de la humanidad  y su uso esta documentado en las grandes civilizaciones y culturas (Egipto, Grecia, Roma, China, etc.). Es decir, estos métodos no aparecen con el advenimiento de la “revolución sexual” de los años sesenta ni tampoco con la aprobación de instrumentos jurídicos relacionados con los  derechos  humanos de las mujeres. Se trata de un campo de investigación y desarrollo de la ciencia  en constante innovación, que ha permitido mejorar las condiciones de salud sexual y reproductiva de millones de mujeres y hombres en todo el mundo, y que hasta el advenimiento del neoconservadurismo y del neo integrismo en los años ochenta, no contaba con una oposición significativa de parte de sectores religiosos.

De acuerdo al Doctor Horacio Bruno Croxatto, considerado la máxima autoridad científica en materia de  investigación y desarrollo de métodos anticonceptivos de emergencia en el mundo, las píldoras anticonceptivas de emergencia (PAE) son solo  compuestos hormonales que actúan  en la fase pre-ovulatoria, es decir,  antes de la fecundación de un ovulo y de implantación  de un embrión en el útero, que es cuando científicamente se reconoce la existencia de un embarazo. Lo único que pueden hacer las PAE para impedir el embarazo es retardar  o inhibir  la ovulación, (impedir que el ovulo salga del ovario). Una vez que la ovulación ha ocurrido, las PAE no tienen ningún efecto. De allí la importancia de usarlas lo antes posible después de una relación sexual y no esperar “hasta el día después”.

Curiosamente,  una  gran parte de los cincuenta años de investigaciones del doctor Croxatto se realizaron en la Facultad de Medicina de la Pontificia Universidad Católica de Chile. Por orden del Vaticano  fue separado en 1998 de su cátedra en dicha universidad, debido a sus investigaciones sobre las PAE y  por su postura a favor del derecho de las mujeres a la interrupción de un embarazo,  y se optó por recluirlo en el laboratorio relegado a la  posición de Investigador Asociado. Esto le brindó la oportunidad de profundizar en sus estudios sobre los posibles efectos abortivos de las PAE, tanto en animales como en mujeres. Finalmente fue despedido en el año 2006 por su defensa pública de la anticoncepción de emergencia y por haber declarado que las PAE  que utilizan el levonorgestrel  como principio activo no son  abortivas.  A diferencia de Galileo, el doctor Croxatto optó por aferrarse a la ciencia,  abjurar de su fe (renunció al Opus Dei y al catolicismo) y dedicar su vida y sus conocimientos a promover la salud reproductiva de las mujeres en el mundo.

Gracias a científicos como Horacio Croxatto es posible el  uso  las PAE  en países con leyes restrictivas a todas las formas de interrupción del embarazo (como El Salvador), en donde se ha convertido en una medida fundamental para el mantenimiento de la salud de las mujeres, en especial de aquellas que  han sido abusadas sexualmente y que se les niega el derecho a decidir libremente respeto a su maternidad. Muchos embarazos por violación o por sexo forzado pueden evitarse de esta manera, y con ello se puede prevenir   abortos en condiciones inseguras, suicidios de mujeres con embarazos forzados  y hasta asesinatos y/o  el abandono de recién nacidos/as. De allí la importancia que el personal médico que atiende a una mujer en este tipo de situaciones suministre estos AE como parte del protocolo obligatorio de atención.

Sin embargo, pese a esto,   ciertos sectores oscurantistas y sexofóbicos de la sociedad salvadoreña que cuentan con supremos  poderes ideológicos,  políticos, económicos y mediáticos, insisten en acallar y condenar estas verdades científicas (como lo hicieron en el pasado con la teoría heliocéntrica)  y  se afanan en sustituirlas por las enseñanzas de la Santa Madre Iglesia, según la cual “la píldora del día después es abortiva”, para lo cual se basan en la doctrina de la Academia Pontificia para la Vida, según la cual las PAE impiden la anidación del óvulo fecundado en él útero, y con ello truncan la posibilidad de un embarazo”.

A partir de esta doctrina, la Academia Pontificia para la Vida ha hecho un llamado  a médicos y farmacéuticos a que «apliquen con firmeza la objeción de conciencia moral» y que testimonien «con valentía y con los hechos el valor inalienable de la vida humana, especialmente frente a nuevas formas subrepticias de agresión a los individuos más débiles e indefensos, como es el caso del embrión humano».  Este llamamiento significa que se nieguen a proporcionar PAE a mujeres que lo necesiten aún cuando las leyes del país les ordenen hacerlo y  peor aún, que se nieguen a proporcionarlas a sabiendas que  la salud y la vida de una mujer se pondrán en peligro por la no prevención de un embarazo. Los  miembros  del Opus Dei y de la Fundación Sí a a Vida en nuestro país  funcionan como caja de resonancia de esta doctrina de fe, y se encargan de divulgar mediante diversos medios y ante distintos públicos (especialmente adolescentes y jóvenes) la doctrina según la cual las PAE son abortivas y que no deben ser utilizadas, ni siquiera cuando una mujer ha sido víctima de una violación sexual.

Mientras esto sucede ante la indiferencia de la comunidad científica salvadoreña, un reciente estudio elaborado por investigadores/as de la OMS y del Instituto Gutmacher, publicado por la revista científica The Lancet el 19.01.2012,  advierte que pese a la disminución en la tasa  de abortos experimentada en los últimos años a nivel mundial, en América Latina los abortos están aumentando, especialmente los practicados en condiciones peligrosas para la salud y la vida de las mujeres: 32 por cada 1,000 mujeres. De acuerdo a este estudio, la tendencia al aumento en la tasa de abortos en la región  coincide con la aprobación de reformas legales para  prohibir todas las formas de interrupción voluntaria del embarazo, que a su vez han estado acompañadas de mayores obstáculos para el acceso de las mujeres a métodos anticonceptivos, en especial de las PAE.

Según esta investigación, la tendencia en América Latina contrasta con lo ocurrido en otras regiones y países en donde se ha despenalizado la interrupción del embarazo y se ha facilitado el acceso a métodos de planificación familiar, incluyendo las PAE. En Sudáfrica por ejemplo, que despenalizo el aborto desde 1997,  tiene la tasa de abortos más baja de todo el continente africano y ha logrado reducir la  mortalidad materna relacionada con abortos inseguros en un 91%. Otro caso es España, en donde a partir de la aprobación de la Ley de Salud Sexual y Reproductiva en 2010, se observó una leve reducción en el número de mujeres que decidieron terminar voluntariamente un embarazo.

Frente a esta evidencia,   se necesita que en El Salvador  se abra un debate sobre la salud sexual y reproductiva de las mujeres, que sea científico y ético al mismo tiempo. De lo contrario, miles de mujeres seguirán pagando con su salud y sus vidas, el costo de no hacer nada frente a la influencia de los fundamentalismos religiosos sobre las políticas públicas.  Por eso es urgente que la  comunidad científica salvadoreña salga del cómodo refugio en el que se encuentra, e ilumine las mentes y el conocimiento de quienes tienen en sus manos garantizar el  derecho a la salud de las mujeres, y en particular el de aquellas mujeres  que necesitan al menos prevenir un embarazo forzado.

En octubre de 2011, la Comisión Nacional de Bioética de El Salvador dio a conocer un comunicado  público en el cual hizo un llamado al debate abierto y pluralista de los problemas nacionales en diversos ámbitos relacionados con la bioética, incluyendo un “debate amplio, abierto e informado con respecto a la garantía de salud sexual y reproductiva y las políticas actuales de penalización del aborto”. Han transcurrido más de tres meses desde este comunicado, y las mujeres salvadoreñas siguen enfermando y muriendo por el irrespeto a su derecho a la salud y a la vida.

¿Podemos esperar que la comunidad científica salvadoreña se decida a  participar en este debate o es que como Galileo Galilei también optarán por callar para no terminar en la hoguera de los  inquisidores del siglo XXI?.

Desde Equality podremos aportar a la igualdad de género en las Universidades: Maestra Ana Rosa Ruiz Fernández, Coordinadora de Equality

Por: Roselia Núñez

Del 28 al 31 de agosto de  2012 se desarrolló en Rosario Argentina, el primer taller en el marco del Proyecto Equality titulado “Planificación estratégica para unidades que promueven la igualdad de género en las instituciones de educación superior”, donde se contó con la participación de representantes de 18 universidades latinoamericanas y 4 europeas socias del proyecto Equality, entre las que se encuentra la Universidad de El Salvador.

En el taller también se conoció el primer avance del estudio comparativo que estas mismas universidades han realizado de marzo a julio de 2012 en sus respectivos países con universidades no socias del proyecto, a través del cual se ha permitido identificar los déficit existentes, marcos legislativos, tendencias y buenas prácticas en la igualdad de género, donde la UES fue evaluada de forma positiva por  su esfuerzo en la búsqueda de la igualdad de género, por contar con un Centro de Estudios de género y una Política de Equidad de Género.

Para conocer más sobre este proyecto se presenta a continuación una entrevista con la Maestra Ana Rosa Ruiz Fernández, Coordinadora Científica de EQUALITY y coordinadora de la Oficina Equidad de Género del Instituto Tecnológico de Costa Rica, ITCR.

¿Qué nos puede comentar de este primer encuentro?

Este primer encuentro se ha concentrado en el fortalecimiento de las capacidades, ya que uno de los objetivos de este proyecto es la creación de unidades, centros de investigación, institutos de investigación o programas académicos que fortalezcan el liderazgo femenino de las mujeres dentro de las universidades, pero es importante aquí considerar que estos procesos de capacitación los damos las propias universidades, ya que hay algunas con una u otra fortaleza y lo que estamos es tratando de que esa fortaleza se comparta.

En este primer taller vimos experiencias de planificación estratégica de la Universidad de Alicante, del Instituto Tecnológico de Chile, vimos como cada una de las universidades tienen una forma de abordar su planificación y eso para nosotras era muy importante que se visibilizar en este primer taller.

El próximo taller es en Ecuador y ahí lo que se va a focalizar es el establecimiento de las estrategias para transversalizar el género y eso significa trabajar con el currículum y conocer cómo abordamos la violencia de género dentro de nuestras universidades y es que dentro de este proyecto buscamos además formar un sistema de información, que pueda ser alimentado por todas las universidades socias y para ello requerimos construir indicadores y es por eso que una parte de este segundo taller estará orientado a eso.

En cuanto al tercer taller, porque son tres de formación con este proyecto, nos vamos a concentrar en lo que son los liderazgos, esto significa que vamos a estar revisando proyectos que están focalizados con mujeres emprendedoras, con grupos vulnerables como las mujeres indígenas, qué papel juegan los gobiernos locales, los ministerios o gobiernos para hacer alianzas y aquí se une al otro objetivo que tiene el proyecto que no todos estos productos se queden dentro de las universidades, sino también el poder hacer actividades, talleres y transferencia de conocimiento con grupos organizados de mujeres y lo que queremos es que todo el conocimiento que podamos construir en conjunto con las experiencias que se han venido desarrollando con las universidades pueda ser transmitido a la sociedad en general.

En el primer taller se tuvo la oportunidad de conocer un primer avance del estudio comparativo, háblenos de este estudio y cuáles han sido los resultados?

La primera actividad de compromiso de todas las universidades socias, fue enviar información de su universidad y de su país. Lo primero que le pedimos a cada universidad socia fue recolectar información de los convenios internacionales que se han firmado por parte de los gobiernos, cuál es la legislación nacional y ahí una de las cosas importantes que le dan un marco legal a todas estas acciones que vamos a hacer con las universidades es que absolutamente todos los países han firmado todos los convenios internacionales, por lo menos los más importantes como el de Belem do Pará y de erradicación de todas las formas de violencia contra las mujeres, lo cual nos permite decir que nuestras acciones son totalmente legitimadas.

Otro aspecto relevante en cada uno de los países es que se han creado leyes hacia la violencia, la salud y el trabajo. Después también era importante diagnosticar de cada una de las universidades socias su participación dentro de sus universidades, de las 22 solo siete tienen oficina de la mujer, otras tienen programas académicos y solo en cuatro casos hay políticas de género.

Lo interesante de tener una política es que nos garantiza que no se puede tocar una unidad, aún cuando haya cambio de autoridades universitarias y por eso estamos viendo cómo lo planteamos todas las universidades socias que no tienen una política de género, ya que eso es una garantía de sostenibilidad, porque una oficina así como hoy se abre, mañana se cierra por falta de recursos, etc., siempre hay alguna justificación y lo que estamos acá proponiendo desde el proyecto es trabajar en dos áreas, es qué instancia va a asumir el género en la universidad, que puede ser una oficina, un programa académico, una comisión, una unidad, un instituto o un centro y cómo podemos garantizar la sostenibilidad de todas esas unidades, a partir de una política, por eso se une esta actividad a lo que es un plan de género.

Tener dentro de la Universidad un posicionamiento y lo más valioso de este proyecto es el hecho que tenemos universidades que pueden aportar a la creación de una unidad y de una política. El proceso inicial metodológico para crear un centro o fortalecerlo estará a cargo de las compañeras de la Universidad Nacional de Rosario, Argentina y la formulación del plan de género de la Universidad de Rovira de España.

Otra de las cosas que se identificaron en el estudio comparativo es la usencia del tema de género en las líneas de investigación de las universidades, otro de los retos que tenemos por qué, porque la investigación nos permite generar áreas de trabajo como es, cómo profundizamos los temas de derechos sexuales, cómo podríamos hacer prácticas que nos permitan una mejor inserción dentro del mercado laboral, cómo podemos mejorar ese aprendizaje dentro de las universidades para que sean más incluyentes con el tema de género, entonces realmente necesitamos la investigación, necesitamos un tema que sea un tema que esté presente y con recursos.

¿Qué resultados esperan con este proyecto?

Una red latinoamericana de universidades mirando el liderazgo femenino, es decir que si realmente estamos dentro de una universidad las mujeres tengamos acceso no solamente a ser docentes o estar en puesto profesionales de administración o entrar como mujer estudiante, sino que todas las mujeres estemos en todas las áreas del conocimiento ya sea esta educación o electrónica. En estos momentos la participación de las mujeres en las carreras de electrónica y tecnológicas la participación no sube de un 20% hay demasiadas barreras de género en estas carreras, eso tenemos que erradicarlo.

De igual forma, si revisamos las universidades no solo de América Latina sino de Europa entre un 15% y 25% es el porcentaje de mujeres que están en puesto de dirección y rectoría y entonces caemos en un gran esfuerzo, pero no logramos llegar a las áreas de la toma de decisiones y eso es reflejado en el mercado laboral, donde tenemos mujeres que salen con título valiosísimo de la universidad pero con grandes barreras para poder entrar a puestos dentro del mercado laboral, primero hay mujeres que sacan ingeniería en computación y llegan a una empresa y le ofrecen un salario menor al compañero que es igualmente ingeniero en computación y eso ha que erradicarlo.

¿Qué implica para el Instituto Tecnológico de Costa Rica desarrollar un proyecto de este tipo, donde hay 18 universidades latinoamericanas y 4 europeas y que tiene como objetivo cumplir con el objetivo final de este proyecto como es promover la igualdad de género dentro de las instituciones de educación superior?

Primero un orgullo y un reto porque tenemos que estudiar mucho, tratar de aprender y poder dar acompañamiento en este proceso. El segundo elemento es que no es el tecnológico dirigiendo, es más bien el tecnológico trabajando en conjunto, solidarizándonos y haciendo trabajo colaborativo con las universidades socias.

Es una visión más de que nosotras tenemos que buscar el acompañamiento de las diferentes universidades y no ser la que dirige y dice cómo se van a ser las cosas, sino más bien cómo se establecen los mecanismos para que las universidades puedan compartir y sacar una serie de metodologías para que nos puedan fortalecer como es el caso de la Universidad de El Salvador que tiene oficina y a través de la tutoría que dará a Austria y Ecuador ustedes (la UES) se van a fortalecer con las experiencias de las universidades tutoriadas que pueden dar ideas para fortalecer la Unidad, etc.

¿Qué significa ser tutora de otras universidades?

La idea es compartir una guía metodológica o pasos a seguir por las otras universidades que a lo mejor no se han imaginado y que son posibles para poder formar ya sea una unidad de género o una política.

Entonces, este trabajo colaborativo que estamos haciendo en conjunto todas las universidades socias del proyecto es uno de los elementos más importantes del proyecto y va a ser algo muy bonito porque va a haber diálogo con otras universidades y de ahí pueden surgir experiencias nuevas con las otras universidades, lo cual implica buscar el acompañamiento de las diferentes universidades y establecer los mecanismos para que todas las universidades puedan compartir y sacar una serie de metodologías que nos puedan fortalecer a todas, veamos por ejemplo que la Universidad de El Salvador tiene oficina y que esa tutoría con las otras universidades se fortalecerá con las experiencias de las otras universidades.

“El proyecto Equality busca fortalecer la igualdad de género”: Licenciada Margarita Rivas, coordinadora científica del Proyecto Equality

Por: Roselia Núñez y Sara Quintanilla

La Universidad de El Salvador forma parte de las 18 universidades latinoamericanas y 4 europeas que forman parte del Proyecto Equality, el cual dio inicio en marzo de 2012 con la finalidad de promover la equidad de género en la educación superior de América Latina. Lea a continuación una entrevista con la Licenciada Margarita Rivas, coordinadora científica del proyecto en la UES, realizada en el programa radial Atenea el 4 de julio de 2012, transmitida por YSUES Radio Universitaria www.ues.edu.sv/radio-ysues

¿Cuál es el objetivo del proyecto?

Es el fortalecimiento de las instituciones de educación superior que participan, instituciones latinoamericanas y europeas en la línea estratégica de la igualdad de género, es como contribuir a visualizar la participación de las mujeres, sus intereses en la ciencia, en la academia y laboral para buscar los efectos económicos en la sociedad, no solo en la universidad.

Los países europeos tienen claro cuáles han sido esos caminos para alcanzar esos desarrollos, las universidades tienen la responsabilidad de ser un motor en el desarrollo nacional, entonces este proyecto de la Unión Europea trata de impactar en los 18 país de Latinoamérica a través de sus universidades que son el motor del desarrollo social de cada institución. En Europa hay muchos avances en cuanto a la igualdad de género y las sociedades están claras que se alcanzan potenciando las capacidades de las mujeres, disminuyendo esa discriminación, ese el objetivo.

¿Cómo se van a romper esas brechas de género con este proyecto?

En primer lugar estamos en la etapa de investigar las necesidades, se va a hacer un estudio de todas las universidades participantes, se han mandado datos con indicadores y vamos a ver en qué áreas se tiene que potenciar la igualdad de género. Se habla de disminuir las brechas en aquellas carreras que están representadas mayormente por hombres y hay poca representación de mujeres y viceversa. Se habla de potenciar los liderazgos de las mujeres en la toma de decisiones, se habla de poner en práctica una guía de buenas prácticas que va a salir de todos los estudios en cada una de las universidades, además de eso tener una red latinoamericana y europea de mujeres con liderazgo que pueda ser como una plataforma de apoyo que pueda dar apoyo a todas las actividades que emanen del proyecto.

¿Qué implica formar parte de esta red, habrá intercambios, nos puede explicar?

Si, las universidades deberán potenciar intercambios donde haya capacitaciones en las diferentes áreas siempre con igualdad de género y además cada institución se verá beneficiada con el fortalecimiento de sus unidades de género.

La primera reunión de las 18 universidades se desarrolló en el Instituto Tecnológico de Costa Rica y fue muy satisfactorio para mí conocer que hay bastantes universidades que tienen unidades de género, pero no todas, ni unidades de género, ni una Política de Equidad de Género.

A través del proyecto se piensa, en las universidades que no hayan unidades de género, potenciar un guía, una política, unidades y donde hayan fortalecerlas a través de capacitaciones, encuentros con especialistas de todas las universidades participantes.

Tomando en cuenta que en la UES ya se cuenta con una Unidad de Género y una Política de Equidad de Género, ¿cómo va a incidir el proyecto entonces?

En el proyecto se contempla que cada país debe invitar a otras universidades a nivel nacional. En este momento hemos recibido información de tres universidades del país que nos han dado sus aportes y datos, con lo cual ya entran a formar parte de capacitaciones en ese intercambio. Por otro lado algunas no cuentan con unidades de género y en ese sentido es importante el intercambio.

El aporte, acompañamiento e intercambio con universidades nacionales, regionales, la idea es ir haciendo esos intercambios, publicaciones, talleres de capacitación a lo interno y externo, además de estos e espera potenciar un observatorio en nuestra universidad. Si bien se ha avanzado mucho en los estudios de las mujeres en la educación superior en el pregrado, pero hace falta avanzar en los posgrados y el campo laborar, de ahí que se irán buscando estrategias para disminuir estas brechas.

El proyecto está en la fase de divulgación también y una de las estrategias es que las organizaciones de mujeres lo conozcan. ¿Por qué es importante que las organizaciones de mujeres conozcan el proyecto?

Desde su inicio, el Centro de Estudios de Género de la UES ha sido fortalecido con la relación de las organizaciones de las mujeres y de hecho los avances en el tema y toda la lucha para las convenciones de Naciones Unidas en materia de derechos de las mujeres han sido por la lucha organizada de las mujeres, del feminismo y en ese sentido hemos tenido muy buenas relaciones con las organizaciones y hay que seguirlas fortaleciendo y tener esa cooperación mutua de la Universidad hacia la sociedad civil, como de la sociedad civil organizada hacia la universidad es una estrategia para mejorar sobre todo en la parte de género y de la igualdad. Además eso lo contempla el proyecto, tener claro cómo trabajar y dónde para ir avanzando en la equidad e igualdad de género.

En la Ley Especial Integral para una vida libre de violencia para las mujeres se lee que las instituciones de educación superior deberán reglamentar internamente las acciones de detección y prevención de toda forma de violencia contra las mujeres. ¿Qué implica eso Licenciada?

Esa responsabilidad de las universidades de acuerdo a las leyes de introducir el tema de género, implica capacitar la planta docente, que el tema de género sea un eje transversal en las diferentes carreras, en salud, educación, etc. porque un profesional sin enfoque de género toma muchas veces decisiones erróneas y violatorias a los derechos humanos y esa cultura se puede romper desde las universidades formando a nuestros y nuestras profesionales con una visión más amplia de las leyes nacionales en materia de derechos humanos de las mujeres.

Cómo celebrar el 10 de mayo

Por: Sonia Rivera y Roselia Núñez

En Mayo, además del día de la madre se conmemora el día mundial por la salud de las mujeres, cuyo centro es la salud reproductiva. Mientras la celebración del día de la madre goza de una promoción insuperable, el día mundial de la salud de las mujeres no tiene ese respaldo ni social ni simbólico.

Presentamos una entrevista realizada a la Licenciada Candelaria Navas ara comentar sobre el rol que históricamente ha sido asignado por la sociedad a las mujeres en cuanto al punto de la maternidad  nos acompaña la Licenciada Candelaria Navas, investigadora y docente de la Facultad de Humanidades de la Universidad de El

Salvador.

A qué se debe el poco reconocimiento hacia la salud de las mujeres?

El 10 de mayo conlleva mucha ideologización y propaganda para el comercio, qué tal si decimos: “hoy 10 de mayo, no me paro, es mi día”,  sería un paro laboral de un trabajo que no se ve.

Pero por qué pasa eso?

Hay que ver las raíces de las situaciones sociales que vivimos. Se dice que las mujeres por ser mujeres y madres, somos las responsables de manera natural del cuido,  crianza y protección de las hijas e hijos, etc., Pero esto ocurre por falta de información.

En los 80 aún no se tenía claro eso y es en esa década que unas investigadoras comenzaron a establecer que en la vida de hombres y mujeres existe la esfera pública y la privada, trabajo reproductivo y no reproductivo, remunerado y no remunerado.  Así también se empezó a investigar sobre los roles de hombres y mujeres dentro de la familia, allí empezaron investigaciones sobre familia y trabajo doméstico, se analizó yendo a las raíces de las causas del porque  las mujeres de manera natural tenían que asumir determinados roles.

Se comprobó lo que Simone de Beauvoir en los 40 ya había dicho en su libro “El Segundo Sexo que la mujer no nace, se hace”, y eso, ¿qué quiere decir? que hombres y mujeres no nacemos aprendidos, nos construimos socio culturalmente, de acuerdo a la sociedad en que nos tocó nacer y de acuerdo al momento histórico.

A los hombres les enseñan a estar en la vida pública, mientras que a las mujeres en la vida privada. En ese sentido, cualquier mujer en nuestro medio, si a los 27 años no es madre no es nada, si no ha tenido hijos empieza a ser cuestionada, y también ocurre cuando se casa y por opción personal no tiene hijos, mientras que un hombre si no es padre a los 27 años, no importa.

Agreguemos a esto los estereotipos y mitos alrededor de la maternidad y de los hijos, ya que si nacen varones, la madre se ganó la gallina, contrario a si nace niña.

Estudiantes de la carrera de Sociología fueron al campo y descubrieron que las parteras ganan 15 dólares cuando es niño y 10 cuando es niña, lo cual indica que los trabajos no valorados e invisibles, como el doméstico, no tiene pago, no se ve y lo realizan las personas de menor valor en la sociedad.

Háblenos de las tipologías de familias en El Salvador

Desafortunadamente las instancias relacionadas con la familia a nivel estatal, específicamente la Secretaría de la Familia ha hecho una sola investigación y no ha habido otra y se ha quedado con una idea de familia tradicional, que es la que se reproduce y es la constituida por mamá, papá e hijos y desde el 91 a esta fecha puedo decir que las familias han sufrido una serie de transformaciones y ahora encontramos una tipología inmensa de familia.

Antes de la guerra ya había migración, pero se intensifica después de los acuerdos de paz, y en este marco encontramos una nueva tipología de familia, que es la transnacional, conformada por los miembros que se van y los que se quedan.  Quién se queda a cargo, generalmente es la abuela, cuando la mamá migra, esa conformación de miembros también son familia, la abuela con sus nietos…una tipología muy extendida en el país. Pero, cuándo una familia es integrada, cuando está el papá, mamá, hijas e hijos.  Y quién define es integración, qué elementos la determinan.

Si seguimos hablando de tipología, encontramos la nuclear, la tradicional, la monoparental, transnacional, extensa, la familia gay.

Pero, qué pasa sobre el papel de la familia en la socialización de niñas y niños?

De acuerdo a la socialización, a las mujeres se les atribuye el rol de cuido, ¿qué es lo que hacen las mujeres al interior del hogar? Cuidan a las hijas, y los hijos, a las personas enfermas, de tercera edad.  Incluso se dice que el amor de la madre es desinteresado, lo cual le da una dimensión moral y emocional.  El trabajo del cuido es un trabajo invisible y no remunerado que también alivia la economía.  y qué pasa el día de la madre,  reproducimos los roles domésticos, si no, revisemos los regalos que se promueven: cacerolas, licuadoras, planchas…en fin, son reconocimientos sublimes de este rol. La crianza y el cuido deberían ser compartidos con todos los miembros del hogar, pero no es así.

El trabajo del hogar, en el marco de la esfera privada está adscrito social y culturalmente a las mujeres de la casa, mientras que el trabajo fuera de la casa, a los varones.  Martín Baró decía que la familia es puerto y cárcel de las mujeres salvadoreñas, porque él analiza qué es un punto de llegada en tanto que todas las mujeres aspiran tener un hogar, un compañero e hijos, lo cual se les convierte en una cárcel a la vez, porque el asumir las tareas del hogar, le impide desarrollarse.

Desde el movimiento feminista hay diferentes posturas sobre la maternidad, una de las más radicales rechaza la maternidad por considerarla una forma de subordinación de la mujer y falta de autonomía.  Qué nos dice al respecto?

El control de nuestra sexualidad, sirve para la maternidad, para vivir plenamente la vida o para estar continuamente criando hija e hijos. Tengo varias amigas feministas que optaron por no tener hija e hijos, y es una opción; a partir de allí podemos ser autónomas e independientes.

El trabajo productivo recibe pago, pero el reproductivo no, y hasta es invisible, las mismas mujeres se consideran improductivas cuando se les pregunta al respecto. Mujeres y hombres debemos tomar conciencia del aporte de las mujeres en la economía familiar, la división sexual o genérica del trabajo, es importante reconocer que el trabajo reproductivo de las mujeres aporta al desarrollo del país.

Han cambiado los roles de género a partir del trabajo de los movimientos feministas?

Sí hay cambios, sobre todo en las nuevas generaciones; ya he visto estudiantes hombres que traen tiernos cargándolos ellos.  En la legislación también hay cambios, hay pocas mujeres que saben que en el código de familia hay un artículo que contempla que aquellas mujeres que no tienen trabajo productivo, su trabajo doméstico es el aporte a la familia, y es reconocido como aporte.

Pero ha sido bien difícil que la DIGESTYC incorpore ese elemento al hacer los censos, entonces es importante informar sobre los valores tradicionales, la división genérica del trabajo; necesitamos conocer, valorar, dignificar el trabajo que las mujeres hacemos, tratar de no reproducir estos patrones culturales.

Cuál es la mejor forma de celebrar el 10 de mayo?

No aceptar regalos de tipo doméstico, llegar a acuerdos familiares que a partir del 11 de mayo el trabajo doméstico se va a socializar. Hay que apuntar a la visibilización del trabajo doméstico, del cuido, hay que hacer estudios sobre quiénes cuidan a las niñas, niños y ancianos.  A partir del 11 de mayo debe comenzarse ya un pacto social al interior de la familia en que el trabajo doméstico sea distribuido entre hombres y mujeres.